La salida de la crisis se encontrará conjuntamente con un Estado presente que funcione como incentivador de la economía. Se trabajará sobre 3 pilares: el programa Potenciar Trabajo, un Ingreso Universal de Base para recomponer los ingresos y la urbanización de los barrios populares. Mirá la entrevista a Daniel Arroyo.

Para el ministro de Desarrollo Social, la situación social es crítica, pero estable. La crisis económica mundial por la emergencia sanitaria ha ocasionado la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo en todo el mundo.

En Argentina, de 8 millones de personas que recibían asistencia alimentaria a comienzos de año, se pasó a 11 millones en los últimos meses. La implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) alcanza ya a 9 millones de familias en su segundo pago.

A esto se suman los bonos a las AUH y jubilaciones, como también los subsidios a las empresas para cubrir el 50% del sueldo de sus empleados y créditos a monotributistas.

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Todo lo anterior sirve para contener, en la medida de lo posible, el trabajo y el tejido social por el tiempo que dure la pandemia en nuestro país. ¿Y después? Sin un diseño de planes correcto el período después de la emergencia sanitaria podría ser mucho peor, hablando en términos sociales.

Para encaminar soluciones a esa crisis, el Estado argentino pondrá en marcha una serie de estrategias agrupadas en 3 grandes pilares: el programa Potenciar Trabajo, un Ingreso Universal de Base y la urbanización de los barrios populares.

El programa Potenciar Trabajo organiza la producción en 5 sectores claves: la construcción, la producción de alimentos, el sector textil, el cuidado de personas y el reciclado.

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Según adelanta Arroyo, se articulará y se vinculará a las personas beneficiarias de planes sociales para trabajar dentro de alguno de esos sectores. Habrá créditos no bancarios para financiar la compra de máquinas y herramientas, y un monotributo social exento de impuestos para poder facturar.

El segundo pilar consiste en la implementación de un Ingreso Universal de Base. Esto apunta a reconstituir el poder adquisitivo perdido durante los últimos años y golpeado por la crisis actual, pero fundamentalmente a asistir a los trabajadores integrados e informarles cuya actividad e ingresos resultaron interrumpidos.

“Argentina tiene 4.000 villas, barrios y asentamientos donde viven 4 millones de personas. Ahí hay hacinamiento y faltan los servicios básicos”, Daniel Arroyo.

El tercer punto de la salida integral de la crisis consiste en la urbanización de las villas, una deuda histórica y que la actual crisis sanitaria ha puesto en evidencia.