El país atraviesa una crisis habitacional sin precedentes. La falta de control de la Ley de Alquileres sumada al deterioro de los salarios, la inflación y el empleo informal hacen que el acceso a la vivienda sea cada vez más difícil. Incluso en los barrios humildes se imponen condiciones restrictivas para los inquilinos que se ven forzados a tener que vivir en la calle. En la Villa 31 piden hasta $60.000 para el ingreso, no permiten alquilar a madres solteras con hijos o embarazadas, y aumentan los precios del frecuentemente. Mirá el video.