Una docente que vocifera conceptos políticos a sus alumnos del secundario, mientras uno la filma y otro la instiga. Viralización y escrache inmediato. “¡Adoctrinan a nuestros niños!”, gritan las mamis de Nordelta, mientras los periodistas de siempre diagnostican totalitarismos imaginarios. ¿Dónde está el verdadero adoctrinamiento? Te invito a que lo pensemos juntos.

Ayer nos asombramos todos al ver a una docente en Ciudad de Evita que le gritaba a uno de sus alumnos su opinión acerca del gobierno de Macri y los desastres que causó en la sociedad argentina.

Lo admito. No me gustó. Creo que a nadie le gustó esa imagen. Porque uno tiene la sensación de que en la Escuela la idea es otra. No es que no se pueda hablar de política, no es que no se pueda debatir. Pero la dinámica tiene que ser muy diferente. Verdades sí. Pero con respeto, sin gritos, sin violencia verbal. Con argumentos.

Hasta ahí estamos de acuerdo, ¿no?

Igual, no está mal considerar que en este caso se trató de un video que fue explícitamente armado. Con un pibe encargado de filmar de canuto a la docente, y otro cuyo rol era instigar la reacción de la mujer. 

Para vos ¿quiénes son más peligrosos?

No la estoy justificando.  No debería haber reaccionado de esa manera. No lo discuto. Pero convengamos que ese video es preparado, porque refleja lo que sucedió en una situación armada, es decir, no espontánea. ¿Vamos bien?

Adoctrinamiento!", gritaron a coro toda la constelación de nanosatélites del poder real concentrado de la derecha. "¡Con nuestros hijos, no!", se respondieron a sí mismos desde el ecosistema del odio en Twitter, donde ya sabemos con nombre y apellido quién digita qué se discute y qué no en esa red. ¿Hace falta que te lo escriba?

Pero mientras tanto, mientras la derecha se agarra la cabeza, y las mamis de Nordelta se juran que si lo hacen con uno de sus niños, van y la agarran de las mechas a la docente, y mientras el diputado ladilla se ríe del nombre de la escuela, del de la calle y la del distrito, atribuyéndole al peronismo al cubo todas las desventuras, resulta que desde los medios de comunicación que manejan casi todo el discurso político del país, no paran ni un segundo de bajar línea.

El canal de televisión que compró Macri hace valer cada uno de los segundos al aire para continuar fomentando el odio, la confusión, las denuncias falsas. Aprovecha todos y cada uno de sus programas para entrevistar amorosamente a los propios y mostrarle los garfios a los ajenos que se animan a concurrir, como pasó semanas atrás cuando Majul entrevistó (¿podríamos decir "entrevistó"?) a una candidata a diputada a la que intentó amedrentar, pero terminó comiéndose un baile fenomenal.

Pero antes de que existiera ese canal, esos mismos periodistas trabajaban en otros espacios, donde por ejemplo, se ponía a la gente de la AFI a producir todo un programa, y en el chat de los espías se mofaban cómo el conductor presentaba la información como propia. A eso te lo mostramos con claridad en este programa, ¿te acordás?

Esos mismos periodistas y esos mismos canales inventaban magnicidios de fiscales, dictaduras en Formosa, vacunas venenosas, cuarentenas más largas del mundo. Inventaban cuentas imaginarias de funcionarios en el extranjero, viajes a guaridas fiscales. ¿Sigo?

Esos mismos espacios se encargaron de boicotear todas y cada una de las medidas sanitarias que proponía el gobierno, incluyendo las vacunas, festejaban la suba de contagios, y luego lloraban la cantidad de muertes. 

El problema es que en todos estos casos no hubo alguien que se animara a grabar con una cámara oculta una reunión de producción para dejarlos expuestos. ¿Se entiende por dónde va el razonamiento?

Pero para no quedarnos en conjeturas ni en comparaciones a ver cuál es el peor de los dos grupos adoctrinadores -la docente por un lado, y todo el grupo de periodistas de medios hegemónicos  por el otro-, me pareció mejor ir un poco a los textos. A la gente que estudió el adoctrinamiento y que sabe de qué estamos hablando.

Uno de los tipos que mejor entiende el sistema capitalista de los medios de comunicación, porque los ha estudiado desde el ojo del huracán, es el académico norteamericano Noam Chomsky. Para este viejo pensador y estudioso, no hay demasiada vuelta. Al hablar de adoctrinamiento, dice que "la causa de los sesgos sistemáticos en los medios de comunicación son factores estructurales económicos". O sea, hay sesgo, por lo tanto adoctrinamiento donde hay factores económicos que los impulsan.

Y no parece ser un tema mejor, porque para el viejo Chomsky, "este tipo de prácticas provoca restricciones sobre el grado de democracia que puede alcanzarse, dado que la mayor parte de los ciudadanos no recibe la información necesaria para hacer decisiones racionales sobre asuntos éticos, sociales y económicos, sino más bien la que esos lobbies corporativos quieren y desean". 

Dicho con otras palabras: a mayor adoctrinamiento de los medios, menor calidad democrática. Porque los que "te quieren burro", como dijo María Eugenia Vidal, son justamente esos medios de la derecha, para poder seguir cuidándole el negocio a los factores de poder. 

¿Qué es lo peor de todo esto? Sin dudas lo peor de este esquema, es que al adoctrinamiento te lo dan con "buenos modales". Es decir, te lo hacen sin que vos te des cuenta. El mensaje te llega disfrazado de ciencia, o de sentido común, o de indignación natural, de moralina o de manifestaciones supuestamente espontáneas. 

Es el adoctrinamiento invisible, que no lo percibís, que no lo detectás si no estás dispuesto a tomarte el tiempo para confrontar discursos con realidad. La famosa "aguja intradérmica". Se mete por debajo de la piel y no la ves. Por eso es tan efectivo.

¿Y en la escuela? ¿Hay adoctrinamiento? ¿Fue adoctrinamiento lo de la docente de Ciudad Evita? ¿Les están formateando la cabeza a nuestros niños?

Yo realmente lo que veo ahí es una mujer un poco fuera de sus cabales, es cierto, expresando con vehemencia sus ideas, y errándole fiero al hacerlo con violencia verbal ante sus alumnos. Pero no nos olvidemos de que la estaban instigando adrede. No nos olvidemos. Pero ni cerca estuvo de hacerlo de manera subrepticia, y a la aguja intradérmica se la guardó bien en el botiquín de su casa. De eso no hay dudas.

Actualmente la escuela tiende a ser pensada ya no como un espacio de construcción de conocimiento vertical, como lo fue durante siglos, sino como un proceso en constante dialéctica, de construcción individual pero también colectiva. "El aprendizaje es favorecido con la confrontación entre el grupo y el medio, a través del análisis y la reformulación de las nociones previas", dicen los especialistas.

¿Cuál es la idea? Que durante las actividades pedagógicas haya espacio para cometer errores que permitan rediseñar ese conocimiento con base en la cooperación.

Por eso no hay que tenerle miedo a que nuestros docentes dejen de tener a los chicos y adolescentes dentro de una cajita de dogmas y contenidos estandarizados, sino que justamente favorezcan estos conflictos didácticos y se permitan oportunidades de confrontación pedagógica y democrática, buscando que sus alumnos se vuelvan competentes en la formación de argumentos para poder expresar libremente su opinión.

Muy lindo, muy lindo. 

Ahora bien… ¿era eso lo que estaba haciendo la docente? Bueno, no exactamente.

¿La estamos justificando? No, para nada. 

¿Es correcto lo que hizo? Entiendo que no, pero tampoco es que les estaba haciendo un lavaje cerebral a los adolescentes. Lo suyo, claramente iba por otro lado  

¿Entonces estuvo bien el escrache y la sanción? Lo dejo a tu criterio...

Yo personalmente tengo bastante en claro a cuáles adoctrinadores hay que tenerles mayor reparo. Y supongo que vos también.