La disponibilidad de las vacunas contra el covid-19 es la mayor esperanza para el fin de la pandemia. Sin embargo, la oposición encaró una enorme operación mediática para obstaculizar la llegada y aplicación de las vacunas. Desde teorías antivacunas, hasta conspiraciones geopolíticas, la oposición fue cambiando sus argumentos. Mirá los videos.

Primero se dijo que no se sabría cuándo se empezarían a administrar las vacunas en Argentina.

Algunos comunicadores, como Jorge Lanata, daban por cierto que en el país la vacunación no comenzaría para antes de fin de año. Así se empezaba a introducir desconfianza en el gobierno.

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Finalmente, la vacunación comenzó un 29 de diciembre, contra todos los pronósticos.

Paralelamente, las críticas comenzaron a caer sobre la vacuna producida en Rusia, Sputnik V. 

A pesar de haber sido aprobada por la ANMAT, los opinólogos argentinos, ninguno de ellos infectólogos, se pasaban horas fundando sospechas sobre la vacuna. 

Elisa Carrió, luego de explícitamente desalentar el uso de la Sputnik V, llegó a decir que el contrato de vacunas con Rusia era para poner un satélite.

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Como era de esperar, la comunidad cientìfica, y no la banda de periodistas y políticos adiestrados, terminó reconociendo la efectividad de la vacuna.

La prestigiosa revista The Lancet publicó los resultados de las pruebas que señalaban un 91,6% de efectividad.

Sin embargo, la oposición y los medios también dejaron ver qué había detrás de toda esa catarata de mentiras y datos falsos. 

Explícitamente pidieron la compra de las vacunas de Pfizer, el laboratorio estadounidense.

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Aquí también ensayaron teorías delirantes: se hablaba de corrupción y de intereses geopolíticos. Sin embargo, se descubrió que el laboratorio pretendía imponer condiciones que atentaban contra la soberanía del país.

Así, los argumentos de la oposición difundidos por los medios de comunicación hegemónicos, se fueron cayendo uno a uno.

Seguramente en los próximos días encontrarán otro, porque mientras peor nos vaya como sociedad, mejor para ellos. No quieren ver un país sano, solo quieren negocios y poder.