Para Clarín, que declaren REALMENTE servicio esencial a Internet implicaría que le regulen un negociazo con el que se llena de plata mientras te cobra lo que se le da la gana. Por eso es lógico que se oponga. Lo llamativo es que dirigentes como Larreta se opongan, cuando saben que, hoy más que nunca, Internet es fundamental para acceder a cuestiones básicas como la educación. ¿Te preguntaste por qué Larreta y toda la derecha se oponen a algo tan obvio?

En Argentina se ha instalado esta discusión para determinar si Internet es o no un servicio esencial. Lo que debería ser una discusión bastante obvia, resulta que aquí no lo es, por una sencilla razón que me gustaría que analizáramos juntos en esta nota.

Pero antes que eso, la mejor manera de entender qué es un servicio esencial es viendo cuáles son los servicios considerados esenciales. Mejor que definirlos es dar ejemplos. Entonces tenemos que en nuestro país la salud, la energía eléctrica, la educación son servicios esenciales. En eso estamos todos de acuerdo.

Pero fijate que la cosa no es tan unánime en todo el mundo. Si nos vamos a Chile, bueno, resulta que la educación no es tan servicio esencial, y si querés llegar a determinados niveles tenes que pagar porque no hay educación al alcance de todos. No es esencial.

En Estados Unidos pasa algo parecido, no sólo con la educación sino también con la salud. Fijate que en la que se autopercibe como la principal democracia del mundo, resulta que para algunos ciudadanos no está garantizada la salud. Es más, si no tenés un seguro médico, puede que quedes endeudado de por vida si es que tuviste un problema de salud. Y no hace falta que haya sido un problema grave.

Pero en Argentina, esta tan criticada Argentina, resulta que no tenemos esos problemas, y que la educación y la salud están garantizadas.

Bueno, vamos al tema que nos interesa: Internet.

Ya lo era antes, pero ahora con la pandemia, está clarísimo que hoy Internet resulta clave para acceder a la información, a la salud y sobre todo a la educación. Y si hoy vos dependés de Internet para garantizar la educación, quiere decir que entonces este servicio pasa a ser una cuestión de necesidad, y por lo tanto, un servicio esencial.

El problema es que vos vas a escuchar a muchos periodistas que te lo van a discutir. Como discutían que con la ley de medios algunos canales iban a desaparecer. Bueno, esto es lo mismo.

Te diría que no hay problema con lo que digan los periodistas, porque lógicamente trabajan para medios que tienen intereses directos sobre este tema.

Que te lo digan ellos, no es inconveniente. El problema está cuando te lo dice un funcionario público en campaña.

Por eso me asombraba cuando lo escuchábamos a Horacio Rodríguez Larreta plantear como "un dato incontrastable" el hecho de que hoy "Argentina tiene una cobertura del 90%", asegurando que eso fue fruto del impulso que se le dio durante el gobierno de Macri. Primera mentira, pero ya vamos a ir sobre eso.

Larreta continuaba diciendo que "el hecho de que se declare a Internet como servicio público no garantiza nada", y dio como argumento su excursión "el otro día" a José C. Paz, diciendo que en ese municipio "no llega al 6 por ciento la población que tiene cloacas, que son un servicio público".

Bueno, una ensalada importante la de Larreta, pero no por confusión sino por intereses.

Primero que nada, lo que dijo que durante el gobierno de Macri se extendió Internet al 90% del país es una mentira. El Arsat, que tanto se publicitó, no hizo nada. Y te lo digo por experiencia, porque durante toda la gestión de Macri nos tomamos el trabajo de recorrer la Argentina. Fuimos desde Jujuy hasta Río Negro, y la realidad no es así. Larreta no debe haber salido de la CABA, y los que le contaron se la contaron mal.

Es más. Lejos de usar la infraestructura de Arsat para extender este servicio, lo que intentó hacer Rodrigo de Loredo -el yerno de Aguad- al frente de esa empresa estatal, fue venderla a inversionistas de Estados Unidos, que es el principal proveedor de Internet en el mundo.

Y entonces para ayudar a evitar que se avance en ese sentido, a Larreta se le ocurre mezclar Internet con las cloacas. Bueno, cada uno elige las comparaciones que mejor le sientan. Pero no pretendan convencernos.

Ahora me pregunto ¿a Larreta realmente le interesa que Internet no se convierta en servicio público, o lo hace por otra cosa?

La respuesta está en la tapa de Clarín de este viernes, que desplaza la atención política sobre el tema de la foto en Olivos, con Fabiola, Alberto y los otros 10 invitados que concurrieron al festejo.

Larreta y Clarín: miti miti, fifty fifty, vamo' y vamo'

Ya nos pronunciamos sobre este tema. Ya escribimos también. Ya repudiamos el episodio.

Pero lo que está claro es que por ahí no pasa la centralidad de los problemas de nuestro país, y que lo que se está discutiendo desde la tapa de Clarín no le cambia la vida a nadie. Pero la falta de acceso a Internet, sí.

Por eso Larreta sale a cubrirles las espaldas. Y Clarín retribuye con la instalación de una agenda alejada de lo que necesita realmente la gente, y alejada también de lo que a Clarín no le conviene.

Lo que estamos viendo acá es que los dirigentes y los representantes de la derecha argentina tienen que decir y hacer estas cosas, para pagarle a los medios que hacen estas otras.

El discurso de Larreta afirmando que la Internet no es un servicio básico que debería ser universal y esencial, es sin dudas un discurso sumamente dañino para la sociedad y beneficioso para los autores de esas tapas. Se benefician y se seguirán beneficiando mientras Internet siga siendo una cuestión de mercado que les siga permitiendo cobrar lo que se les dé la gana y ganar fortunas.

Y eso lo van a poder seguir haciendo si tienen políticos que les cubren las espaldas.

Por eso, siempre hay que intentar unir lo que dicen nuestros dirigentes políticos, con lo que pasa en los medios y lo que decide la Justicia. Porque no te olvides: cuando acudieron a la Justicia para resistir esta orden de que Internet fuera un servicio esencial, la Justicia les dio la razón. Entonces coincidió con lo que ahora reafirma Larreta.

Y se da el triángulo del poder real: derecha política, Justicia y medios de comunicación. Un triángulo que coincide bastante con el del lawfare, que es la mejor manera que han encontrado hasta ahora de controlar los hilos de lo que pasa en un país.