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En Argentina mucha gente está pasando hambre y sufren las consecuencias de todos los políticos que repiten que “tenemos alimentos para 400 mil millones de personas”.

Los datos son alarmantes; pero los porcentajes, son solo números. Cuando nos acercamos a la gente que verdaderamente está muy mal, nos encontramos con una realidad que duele hasta los huesos. Esa realidad que tiene nombre y apellido, se puede ver, escuchar, palpar y se vive.

Los políticos siguen completamente alejados de la realidad.

En algunos puntos del país, haciendo un pequeño recorrido, TLN Denuncia se encontró con personas que comienzan a comer animales domésticos. Sí, perros y gatos.

Una mamá en el norte argentino se quitó la vida porque no podía darle de comer a sus hijas, llegaba una tormenta y no tenía chapas para protegerlas.

Un papá, pequeño productor yerbatero de la provincia de Misiones, entra a las oficinas de quien no le paga hace meses por la venta de sus productos. Su hijo está enfermo y no puede afrontar el tratamiento. Se sienta con dos bidones de nafta y amenaza con quemarse si no aparece el dueño de la empresa para saldar la deuda.

Los animales

En la ciudad de Córdoba, en Güemes un barrio de clase acomodada, parecido a San Telmo, 30 vecinos comienzan a cazar y comer los gatos del barrio.

Testimonio de una vecina

“Mi hijo venía del colegio y vio como estaban despellejando un gato y cocinándolo. Los cocinan ¡al fuego! A la noche, a la madrugada se juntan como 30 personas, acampan ahí y hacen de comer. Mi gato apareció atravesado por algo punzante. Tienen como un equipo, una parrillita asique se los están comiendo”.

Respuesta de los candidatos en la última campaña: “hay que cuidar a los animales, vamos a ser pet friendly”.

En Misiones, en un informe realizado por el periodista Enrique Ortiz, vemos como una familia se come a su propia mascota.

Se está rompiendo un tabú, las reglas del juego, el contrato social que nos permite vivir en sociedad y no en el caos y el desorden. Necesitamos para convivir poder respetar las normas y los derechos de todos.

El presidente Milei, en una entrevista donde le preguntan sobre los argentinos que no llegan a fin de mes, responde:

“¿Cómo quiere que lo arregle? Los sueldos del Ejecutivo están frizados desde que asumimos, o sea, nosotros sabemos lo que es el esfuerzo”.

La política habla desde arriba, están muy subidos de tono cuando hay un pueblo que realmente está sufriendo las políticas que aplica este gobierno. Pero todos los políticos en general, porque no se acercan a la realidad, no ven comer a la gente sus mascotas.

Ortiz en su informe, se acerca a una casa donde estaban cocinando su perro. Con un gran cuidado, respeto y sensibilidad intenta dialogar con una pareja.

Periodista: ¿esto es lo que yo pienso que es? Sí, obviamente yo entiendo la necesidad de todos. Te pregunto abiertamente por lo que veo. Animales domésticos, ¿sabés lo que son?

Sin ironía el hombre le contesta que “no”.

Periodista: estoy hablando de un perro, un gato, de la necesidad. Yo entiendo perfectamente. ¿Es lo que veo?

El dueño le contesta: “es comida, hay que comer”.

No hay malicia en esta persona, es un estado de supervivencia. No podemos pretender que una persona híper humilde que llega al extremo de romper una norma inimaginable, entienda de una ley de protección animal.

Es el Estado quien sí debería entender que 8 millones de personas no tienen para comer y están pasando hambre real.

El periodista se trasladó unos km ya que recibió la noticia de una señora que denunciaba la muerte de una vecina.

Los hijas se quedaron solas ¿por qué se quitó la vida?, pregunta el periodista.

“Mala economía. La chica pedía chapas porque justo venía una tormenta y se ve que no aguantó como una madre desesperada, teniendo dos nenas de 3 y 6 años. Estamos todos muy mal, no hay trabajo, no hay nada. En el pueblo el 90% trabaja en la cosecha de yerba mate o té y está todo parado, hay mucha necesidad acá”.

Dice Milei:

“Ahora vienen a decir que no se llega a fin de mes… si fuera cierto ustedes tendrían que caminar por la calle y tendría que estar lleno de cadáveres”.

También aseguraba en una entrevista antes de asumir la presidencia, que el ajuste no lo iban a pagar los trabajadores del norte del país ni los más desprotegidos.

“No me voy a meter con la gente, me voy a meter con la casta. Yo hice campaña diciendo que voy a hacer el ajuste y que el ajuste no lo paga la gente de bien, lo pagan los delincuentes, lo paga la casta. A los del norte no se los toca de ninguna manera”.

Sin embargo, en la provincia de Misiones, norte de nuestro país, un molino no le paga al productor yerbatero hace más de 4 meses. Le debe 2 millones de pesos y se niega a pagar.

A los productores les pagan 200 pesos el kilo de yerba, luego el molino lo vende y pasa a góndola cuyo precio de venta varía entre 3.500 y 4.500 pesos.

El productor al que le deben dinero tiene a su hijo enfermo y necesita pagar un tratamiento. Se presenta en las oficinas del molino con dos bidones de nafta y le dice a una mujer que lo recibe:

Tengo dos bidones de nafta acá. Me voy a sentar acá y me voy a prender fuego, acá adentro de la oficina. Vos le avisás a Marcos porque de acá no me van a sacar. Es triste, pero es la verdad. Ellos van a salir para afuera y yo me voy a prender fuego acá adentro porque quiero mi plata. Le pido por favor que se comunique con Marcos que no voy a salir de acá, que traiga a la policía a quien quiera, pero de acá me van a sacar en cenizas o adentro de una caja. Tengo a mi hijo enfermo, tengo que llevarlo a tratamientos médicos y no tengo un peso y Marcos jugando con los sentimientos de nosotros, los productores. Yo me voy a quedar acá adentro”.

La desregulación y el abuso

Hoy se les paga a los taraferos 60 pesos el kilo de yerba. Son quienes recogen de manera artesanal, con una tijera muchas veces común, la hoja de la yerba directamente del árbol.

A los productores les pagan 200 pesos el kilo. Son los dueños de los campos donde están los árboles de más de 100 años.

Al secadero se le paga 1.200 pesos por cortar y secar la hoja.

 Por último, el kilo de yerba llega a las góndolas empaquetada por el precio de 3.500 a 4.500 pesos.

A esto se le llama “desregulación”. No se le puede sacar a un producto el 1.000 % de ganancia, ni el 400 ni el 300%. Pero esto es lo que pasa cuando no existe regulación de parte del Estado o los sectores productivos. Sin control, el que termina regulando es el último eslabón, el que se lleva toda la ganancia.

Si el productor no vende la hoja porque le pagan “poco”, al regulador no le preocupa porque a la tercera cosecha que no pueda vender tiene que vender el campo y ahí está al acecho el último eslabón para quedarse con todo el negocio. Eso es lo que está pasando en Argentina.

Los medios informan

“El registro de trabajadores agropecuarios demandará penalmente al exgobernador misionero Ramón Puerta por haber encontrado a 32 peones rurales en condiciones infrahumanas”.

“Los trabajadores habían denunciado trabajo esclavo desde hace 38 años en una estancia que pertenece a Luis Miguel Etchevehere, titular de la Sociedad Rural”.

El titular de la Rural es socio del expresidente Mauricio Macri y quien también se encuentra comprometido por denuncias del mismo calibre es el diputado nacional Olmedo.

El periodista Enrique Ortiz conversó con un productor de yerba y otro de té. La realidad es que, para estos pequeños productores, el negocio ha dejado de ser rentable y ya no pueden afrontar costos y salarios. La solución es vender los campos y los compradores son el diputado Olmedo, las sociedades de Macri, el exgobernador Puerta y otros políticos. 

El ministro Federico Sturzenegger declaraba:

“En el país el 96% de las familias consumen yerba mate. Argentina tiene la compulsión de que el Estado sea quien regule, lo que lo convierte en un monopolio. Crearon una cosa que se llama el instituto nacional de la yerba mate, entonces iba a fijar el precio”.

Hugo Sand, productor yerbatero

“Milei desregula nuestra actividad y nos presentamos en la justicia federal. La justicia nos dijo que teníamos razón y los precios son igual o peor de desastre que el año anterior”.

El productor de té cuenta:

“La verdad es una tristeza muy grande quedarse sin nada. Uno le puso muchas ganas, trató de capacitarse, aprender, cumplíamos normas para estar en mercados muy exigentes y todo eso dejarlo de un día para el otro porque no te resulta económicamente… La imposibilidad de seguir dando laburo a la gente. Justo ahora se está discutiendo el precio y lo que se está hablando es tratar de tirar un poco más abajo todavía. Muchos están desesperados, hay una cantidad de maquinarias en venta, mucha gente que ha abandonado la actividad porque es imposible aguantar”.

Hambre en Hipólito Yrigoyen

También el recorrido por el norte del país nos hizo llegar a otra población.

Ante los relatos de algunas personas nos tuvimos que preguntar ¿qué hace el intendente que está al tanto de que su pueblo lo está pasando muy mal?

Las mujeres del pueblo llegan a la intendencia a pedir chapas o alimentos. Quien relata en este caso en particular es una señora, cabeza de familia que vive con su madre y sus 3 hijas; habitan en una casa muy precaria.

El intendente Félix López en este y muchos casos más, cuando se acercan las mujeres a solicitar ayuda, a cambio, las hace desnudar. Se aprovecha de su cargo y de la pobreza.

Relato de la víctima:

“Vivimos mis 3 nenas, mi mamá y yo. Nos acomodamos todas en un colchón. A veces comemos un té, a veces tenemos para hacer pan, pero no todos los días. A las nenas les digo que hay que aguantar. Cuando le fui a pedir mercadería al intendente, si él te da, lo primero que te pide es que te bajes la ropa. Como no le hice caso me empezó a tocar la parte de atrás. Salí de la oficina y él me siguió; corrí con mi nena y cuando llegamos a casa me contó que el intendente le quiso tocar. Allá en el juzgado levanté la denuncia. Mi nena tiene 12 años ahora”.

El intendente organiza dos festejos en la localidad. La fiesta de la Alegría y el Festival de la Belleza.

El hombre que rompe con todos los códigos sociales dice:

“Mirá, nosotros en cuestiones turísticas tenemos muy poco que ofrecer, pero tenemos en cuestiones de ayuda social. Estamos constantemente al lado de los vecinos, al lado de la gente. Tratamos de estar muy cerca de la gente en este momento”.

Félix López no tiene una ni dos, son muchas las denuncias por abuso las que lleva acumuladas. Es un “modus operandi” del intendente, pero hasta ahora nadie les ha dado voz a las denunciantes. Cuando van a la justicia lo primero que les preguntan es ¿dónde está tu abogado? Acá hay que ponerla.

Andrea, víctima de abuso

“Soy una persona bastante humilde. Fui a la intendencia a pedir chapa o comida para mi familia. El intendente me empezó a manosear y yo como persona humilde lo acepté primeramente; pero llega cierto punto que cansa todo eso y me bajé. Y ahora estoy ahí, no sé como hacer para poder tener las cosas, pero necesitás ser libre y ahí está la denuncia”.

La gente se quita la vida, come perros y gatos, no tiene trabajo, se desnuda a cambio de chapas y alimentos y el presidente sigue sin reconocer que hay hambre en nuestro país.

No es el único; ningún presidente reconoció que hay hambre en Argentina, todos hablaron de porcentajes, números por supuesto dibujados.

Cuando se habla de pobreza e indigencia es más fácil apelar a porcentajes. Si se profundiza en el tema, hay que reconocer como se rompen los contratos sociales, como poco a poco se van desmoronando las normas, los acuerdos explícitos e implícitos que nos permiten vivir en sociedad.

La realidad nos pega en la cara; hijos consumiendo paco, robando y después apareciendo muertos en una esquina. Mujeres abusadas por políticos. La prostitución ha tenido uno de sus mayores crecimientos en las últimas décadas.

Se puede mentir con los porcentajes, pero hay que reconocer que existe y que en este país donde sobran los alimentos hay hambre. Esto habla de la incompetencia de todos los políticos que están hoy y que han pasado por nuestro país.