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La semana pasada, nuevamente el foco de la justicia cayó en el Rey de La salada, Jorge Castillo. Se realizaron más de 60 allanamientos y detenciones ordenadas por el fiscal de Lomas de Zamora. Se lo acusa de lavado de dinero.

Este fin de semana, la única propiedad de Jorge Castillo que no estuvo incluida en los allanamientos, fue perpetrada por delincuentes que quisieron simular “un robo común”.

Se trata de una finca de 10 hectáreas y 1000 metros cubiertos, ubicada cerca de la localidad de Luján.

En horas de la madrugada, seis personas ingresaron al domicilio donde se encontraban Juan, el casero y su esposa. A ambos los ataron, les pidieron los teléfonos para corroborar cuáles eran las últimas comunicaciones con Castillo. A Juan le taparon la cabeza con una tolla para que no vea y a su esposa la encerraron en el baño.

Previamente envenenaron a los dos perros de la propiedad.

Según cuenta Juan, los hombres vestían de negro, llevaban los rostros cubiertos con pasamontañas, guantes, borceguíes y se comunicaban a través de handies.

Este grupo comando manejaba mucha información. Buscaban una caja fuerte; sabían que estaba en una escalera, pero no la ubicación exacta. Conocían que en la propiedad había animales y fueron preparados para matarlos, además de conocer que en la zona no existen cámaras de seguridad, motivo por el que no hay ningún registro del hecho ni del recorrido que realizaron.

¿Cómo conocían todos estos datos?

A través de la justicia y la policía que venía investigando a Jorge Castillo y había pinchado sus teléfonos y los de su entorno.

No existe manera de que lleguen a la única propiedad que no fue allanada si no es a través de información judicial y a través de las escuchas telefónicas. Así conocían la existencia de la caja fuerte.

Dice Juan: “Venían con una barreta para abrir la caja fuerte y con un soplete, pero no encontraron nada. Tenían pistolas, armas cortas, armas de puño. Entre ellos se comunicaban con handies. Me dijeron; quédate tranquilo que no somos violadores y no somos asesinos. Nosotros venimos a buscar algo acá”.

La banda pensó que se iba a encontrar con una caja fuerte más grande, pero el interior estaba vacío. Revolvieron las habitaciones del piso superior intentando simular un robo corriente y realizaron un boquete en el piso de abajo.

Ezequiel Vázquez, criminalista dice: “No son cualquier delincuente que va a robar un teléfono o un celular. Son profesionales que saben lo que hacen, saben a donde ir y lo más peligroso es que manejan mucha información”.

La justicia y la policía detrás de los ataques

Ciertamente la información era mucha y existía un trabajo de inteligencia. Se excluyó de la causa a la finca para allanar, lo cual sugiere una preparatoria previa.

Los teléfonos marca iphone que le secuestraron al casero y su esposa para corroborar si existían comunicaciones con Castillo, no fueron robados, fueron encontrados debajo de una cama.

Según se supo, en los allanamientos que se realizaron a la familia de Castillo, desaparecieron unos relojes marca Rolex. Un policía que participó de uno de los allanamientos se comunicó con un familiar para delatar a un compañero.

Podés hacer tu denuncia en los teléfonos: 1153434944 - 1144943871