Carlos “Moro” Rodríguez, exespía de los servicios de inteligencia argentinos y el último en haberse comunicado con Alberto Nisman, reflexiona sobre algunas cuestiones relativas a los servicios de inteligencia.

Rodríguez es un personaje muy interesante. Para empezar, trabajó durante más de 30 años en los servicios y conoce muy bien el oficio. No es poca cosa.

Entre otras cosas, mantenía una relación de amistad con el fiscal Alberto Nisman y mantuvo comunicaciones con él hasta hora antes de su muerte. En virtud de esto fue muy consultado para realizar el documental El fiscal, la presidenta y el espía.

Un país sin servicios de inteligencia

Para el exespía es inconcebible un país sin inteligencia. La inteligencia trabaja con información y la información es vital para los gobiernos. Para el ejercicio de la profesión de espía, estos tiempos plantean muchos desafíos: la información vuela y se produce a raudales.

“Tenés que ser mucho más exquisito, mucho más rápido y mucho más preciso”, Carlos Rodríguez.

Los servicios y la presidencia

Los servicios de inteligencia dependen directamente del presidente. De acuerdo al exespía, se debe nutrir (sic) de información al presidente. La información es el bien más preciado y es fácil tentarse.

“Todos se han tentado en ir pidiendo chimentos (sic)”.

Para Rodríguez, el problema está cuando se le atribuyen a los servicios algunas tareas que no son estratégicas ni de interés nacional. De aquí la mala fama de la profesión.

Sin embargo, Moro tiene dos cosas claras: que si las escuchas no son ordenadas por un juez en el contexto de una causa, son ilegales; y que en tanto una institución jerárquica, si no cumple las órdenes puede perder el trabajo.

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La capacidad

La posibilidad de que nos intervengan los celulares remotamente, incluso apagados, o que nos activen las cámaras de las computadoras, ya no son temas de la ciencia ficción. Son posibilidades reales que ha abierto la tecnología. Hoy en día, la AFI cuenta con esa posibilidad.

Fondos reservados

Para el espía retirado, los fondos deben existir y deben ser bien utilizados. No obstante, reconoce que no se utilizan para eso.

Cargos acomodados y militantes

Aunque debería ser una institución profesional en donde el signo político no sea un criterio a la hora de trabajar, en la AFI ocurre como en todos lados.

“Todos han dejado su gente, todos tienen su gente”.

Mirá la entrevista:

Amigo de Nisman

Él fue quien presentó a Lagomarsino y Nisman. Está convencido que, a 5 años de la muerte, si no se ha esclarecido es porque hay intereses de por medio.

Para el espía, la clave está en preguntarse quiénes fueron los beneficiados y los perjudicados con la muerte del fiscal que denunciaba a la entonces presidenta de Argentina.

“Si hacés semejante operación, lo mandás a matar antes”.

En este sentido, Moro cree que el principal perjudicado fue el último gobierno kirchnerista. La causa sirvió para una operación mediática y así desplazarlos del poder.

“Ése gobierno [de Mauricio Macri] que fue el que más fogoneó la idea de que Cristina o el kirchnerismo mató a Nisman, en cuatro años con la suma del poder público no presentó ninguna prueba en la línea de que a Alberto Nisman lo mataron”.

El exespía es un convencido de que Nisman fue asesinado. Fue a declarar al respecto e incluso presentó pruebas. Sin embargo, cuando se presentó en la AFI le cerraron las puertas.