El sistema de salud de Estados Unidos es un factor agravante ante la situación del COVID-19. Escuchá la entrevista a una especialista argentina en Miami.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, había intentado minimizar la situación en el país generada por el coronavirus. Sin embargo, ante los inminentes casos de contagio se han tomado medidas para controlar la expansión del virus y se evalúa declarar la emergencia nacional.

Actualmente, es el octavo país más afectado del mundo con 1.268 diagnósticos positivos y 33 fallecimientos. 31 de las muertes ocurrieron en el estado de Washington, al noroeste del país en donde las temperaturas invernales normales van de 5 ºC a -3 ºC.

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Ayer el presidente anunció la interrupción de todos los vuelos entrantes o salientes a zona de riesgos. La medida es efectiva por 30 días, alcanza a 26 países europeos y sólo rige para los extranjeros no residentes. Además, se han cerrado importantes centros turísticos como Disney World y se han prohibido reuniones de más de 500 personas en ciudades como Nueva York.

No obstante, el problema particular de Estados Unidos es su sistema de salud. Si bien cuenta con tecnología de punta y los mejores profesionales, es altamente restrictivo por los costos.

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Un examen diagnóstico para el COVID-19 cuesta alrededor de u$d 3.000, mientras que un traslado en ambulancia cuesta u$d 1.500. Una operación de apendicitis se cotiza en u$d 40.000.

Según Silvana Petrillo, una argentina residiendo en Miami, actualmente hay 30 millones de personas que no pueden acceder a prestaciones médicas.

"En el caso del coronavirus, esto provoca que quizás haya mayor expansión", Silvana Petrillo.

En un contexto de pandemia esto podría ser un agravante porque aquellos que no tienen acceso a través de un seguro privado o de los planes Medicare, se ven dificultados a realizarse los chequeos o acceder a una consulta profesional.

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Los extranjeros no residentes que deban permanecer en el país norteamericano por las restricciones de los vuelos también deberán pagar por los servicios médicos. En nuestro caso, si bien Argentina no es una zona de riesgo, se espera que en algún momento se interrumpan los viajes.

"Los argentinos que queden aquí, lamentablemente van a tener que pagar", Silvina Petrillo.