El que fuera Rey de la Salada salió con los tapones de punta contra el ex ministro de Seguridad de Vidal, Cristian Ritondo, al que acusa de haberse querido quedar con una caja millonaria del negocio que surge en torno a La Salada.

El que habla es Jorge Castillo, otrora "Rey de la Salada", el hombre que había tejido un imperio en torno a la feria de textiles más grande de Latinoamérica, y que debió pasar más de 20 meses en prisión, según el dice, por no querer arreglar con el gobierno de Cambiemos.

Hoy habló con ADN y disparó munición contra uno de los hombres claves en el armado político de la derecha argentina: Cristian Ritondo.

Recordemos que en junio de 2017, Castillo fue detenido en un espectacular operativo que incluyó el derribo de la puerta de su finca y una pretendida resistencia a los tiros. Castillo la niega, dice que intentaron matarlo, y también tiene varias otras cosas para agregar. Y bastante pesadas.

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Una de ellas involucra a Cristian Ritondo, quien fuera ministro de Seguridad durante el gobierno de María Eugenia Vidal y que ahora ocupa una banca en Diputados.

"Ritondo se quería quedar con la calle", dice Castillo.

Aclaración: cuando se habla en el marco del meganegocio que era y sigue siendo La Salada, "quedarse con la calle" significaba recibir los ingresos por los "alquileres" informales de los centenares de puestos que se asentaban en las veredas y calles circundantes al núcleo de las tres ferias que componen La Salada.

Para entender la magnitud de ese negocio, basta saber que el total de alquileres que se cobraban de forma diversificada y descentralizada, para permitir a los puesteros hacerse de un espacio en la vía pública, superaba los 3,6 millones de dólares mensuales. Hoy, en pesos, estaríamos hablando de unos 756 millones al mes.

El "rey de la Salada" asegura que Ritondo le ofreció "todo el apoyo judicial, político y policial para disponer de todo lo que yo quisiera en la calle, para recaudar plata, para dársela a ellos para la caja política".

Ese jugoso ingreso de dineros, que le hacía brillar los dientes a los dirigentes de Cambiemos, con Ritondo a la cabeza, era hasta ese momento recaudado -siempre de forma irregular- por punteros barriales, por vecinos, por frentistas o por personas equis, pero que no tenían una relación directa con Castillo, según él afirma.

-¿Vos te opusiste?

-No es que yo me opuse. Lo que le dije es que yo no podía hacer eso, porque era un ingreso de la gente del barrio. No les iba a escupir el asado.

Se trataba de alquileres incluso de sectores en las veredas, que los mismos frentistas cobraban a los puesteros que iban tomando esos espacios. Es decir, un movimiento de absoluta informalidad en el que Ritondo y su gente querían meter la mano. Y no estaban equivocados. Era mucha guita.

"Ritondo me manda a un drogón para meterme el pecho. Tuvimos dos reuniones, apenas ellos asumieron el gobierno. La primera de las reuniones fue en La Ramona", cuenta. Y no fue en muy buenos términos.

-Estoy seguro de que vos no vas a querer tener un gobierno en contra, le dijeron.

-¿Vos me estás amenazando? Ya llevo 6 ó 7 gobiernos encima y acá estoy con La Salada, dice Castillo que fue la contestación, mientras se paraba para "agarrarlo a las piñas".

"Los abogados me separaron, después tuvimos otra reunión. Yo no acepté y por eso después hicieron lo que hicieron", le contó a ADN.

RADICAL PERO NO GORILA

Castillo se define como "radical pero no gorila", y apunta contra los miembros del partido de Yrigoyen, diciendo que todavía le pasan factura por haber apoyado a Julio Cobos y haberse opuesto a la alianza con lo peor de la derecha. "El partido terminó en manos de 4 ó 5 pillos, como Sanz, Coti Nosiglia, Suárez Lastra, todos esos turros que manejaron la UCR y les comieron la billetera al resto. Yo estaba en contra de todo esto. Si no me creés, llamalo a Julio (por Cobos) y preguntale".

Por eso está convencido de que se lo quisieron sacar de encima, con el armado de la causa en su contra, su espectacular detención, su prisión en Ezeiza y en Melchor Romero, y su demonización ante los medios, presentándolo como parte de "la mafia".

Por eso también se acuerda de Lilita Carrió, cuando la escuchó en televisión alardear: "Nosotros metimos preso a Castillo de La Salada"

"¿"Nosotros"? ¿Quién sos vos, Carrió? ¿El fiscal general?", se pregunta, apuntando a que los dirigentes de Cambiemos aseguraron haber "preparado toda la trama" junto con el fiscal general Julio Contegrand y Cristian Ritondo para detenerlo. Es que justamente en el armado y la instrucción de esa causa, aparece un polémico fiscal, Sebastián Scalera, cuyo nombre surge en innumerables armados llevados a cabo por la mesa judicial macrista/vidalista.

Para Castillo, el "combate a las mafias" fue una mentira. "Vidal decía que vivía en una base aeronáutica por seguridad, porque había metido presos a los mafiosos. Ahora, yo me pregunto: el día que dejó de ser gobernadora, andaba de novia por todas las playas de Pinamar. ¿Vos te pensás que las mafias se van a olvidar?".

-Es una mafia muy cordial...

-Deben ser. Por eso te das cuenta que la mafia son ellos. Son la mafia que te armaban causas, te metían preso y te escuchaban en la cárcel. Y te apretaban adentro.

-¿Te apretaron en la cárcel?

-Claro. Me tenían con 20 horas de encierro y 4 de patio. Y me mandaban esos cachivaches para tratar de convencerme de que me hiciera cargo en alguna causa. Me decían: "Che gordo, si vos te hacés cargo de algo, te vas a tu casa". ¿Yo por qué me voy a hacer cargo de algo? ¡Yo los voy a correr hasta debajo de la cama!