Las últimas mediciones del INDEC al último semestre de 2019 señalan un aumento de la pobreza. En Argentina hay un 35,5% de la población por debajo de esa línea, aproximadamente 16 millones de personas.

Los índices del año pasado son los más altos de la década y se corresponden con una tendencia creciente desde hace varios años, especialmente durante el gobierno anterior.

En el contexto de una emergencia económica y sanitaria mundial, la pobreza estructural que atraviesa a nuestro país es un factor determinante en el diseño de las estrategias y políticas para sortear la crisis. Incluso medidas necesarias como el aislamiento impactan más gravemente en los más humildes por las circunstancias a las que están sometidos. Por esta razón deben ser la primer prioridad.

El trabajo informal que les provee lo necesario para satisfacer las necesidades más básicas, y muchas veces ni siquiera eso, se vio interrumpido.

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Las condiciones inhumanas de vivienda, ya no precarias, vuelven muy difícil la permanencia en cuarentena. En la mayoría de los casos las viviendas consisten en un único espacio muy reducido en el que deben convivir varios miembros familiares. La familia que visitó la producción de ADN PERIODISMO FEDERAL disponía de una sola cama de una plaza en la que duermen 5 personas.

El gobierno ha impulsado plataformas digitales y productos audiovisuales para garantizar el acceso a la educación e intentar mitigar el impacto que tendrá la crisis en el año lectivo, pero aquellos que no disponen de un servicio de internet, cuyo costo resulta demasiado elevado hoy en día, tampoco pueden hacer uso de estas herramientas.

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