Ayer entrevistamos a Jorge Castillo, que en sólo 16 minutos prendió fuego a Cambiemos, con Vidal, Ritondo y Carrió entre los elegidos. Detalles escabrosos sobre los aprietes que sufrieron para entregar una recaudación millonaria, y las represalias por no haber largado el mango. Misteriosamente, lo más jugoso de la entrevista “desapareció” de RadioCut, la aplicación que permite acceder a los audios de todos los programas radiales.

Debo confesar que ocurrió algo insólito. El martes a las 9:15 de la mañana, presentamos una entrevista en Radio del Plata, en el programa Duro de Callar.

Lo teníamos en la línea telefónica a Jorge Castillo, conocido como "el Rey de la Salada", dispuesto a hablar de todo lo que le había sucedido durante el gobierno de Cambiemos.

Lo presentamos, arrancamos la charla, y a los pocos minutos, ya se percibía que era una entrevista distinta: el invitado estaba abierto a hablar de todo y a contar con lujo de detalles episodios clarísimos de la más pueril corrupción en el gobierno de María Eugenia Vidal. Desde cómo se nombró al jefe de policía, quién lo puso en ese lugar, qué planes tenían pensado para barrerlo al poco tiempo y poner al que realmente querían poner, entre otras "delicias".

Pero realmente se puso más heavy cuando contó los aprietes que sufrió con los "emisarios" de Cristian Ritondo, quien le exigía quedarse con la recaudación de los alquileres de puestos callejeros en las inmediaciones de La Salada. Nada menos que un negocio de 43 millones de dólares anuales. Todo caja política.

La entrevista se extendió hasta las 9:31. Poco más de 16 minutos. Explosiva de inicio a fin. Impactante.

Pero horas después nos dimos cuenta de que había pasado algo raro. El servicio de Radio Cut, que es una aplicación que registra la totalidad de las emisiones radiales de Argentina (y de otros países) mostró una sugestiva falla.

La transmisión quedó grabada en ese repositorio de acceso público con total normalidad. Pero eso fue hasta las 9:15 con 19 segundos. Justo en el instante anterior a que fuera presentada la entrevista con Castillo.

Cuando se ingresa a ese exacto momento en el repositorio digital, el audio súbitamente salta hasta la hora 9:25. Podés hacer la prueba vos mismo en este enlace público.

Vas a ver que no te deja escuchar lo que pasó entre las 9:15 y las 9:25. Hay un salto. Ni si quiera un bache. Un salto.

Ahora lo que se escucha es a Castillo. Pero nadie lo presentó. No se sabe quién habla. No hay contexto.

Castillo está hablando de la corrupción en el radicalismo. Luego salta a las anécdotas de cuando el gobierno de Vidal lo consultó a él para que le sugiriera el nombre de un comisario para hacerse cargo de la Bonaerense. Lo que se escuchan son barbaridades. Pero no se sabe quién está hablando. No hay forma de comprenderlo.

El audio sigue hasta las 9:31 cuando concluye la entrevista y lo saludan a Castillo. Tomás se queda comentando con su mesa acerca de las explosivas declaraciones. Y tiene razón.

Pero nadie que no las haya escuchado EN VIVO y por la radio (y no por ese servicio de streaming y registro) podrá saber de qué estaban hablando.

Parece que "la mano invisible" se encargó de borrar todo registro de lo que se habló sobre Cristian Ritondo y la terrible denuncia que presentó Castillo, acusándolo de haberse querido quedar con una caja de 43 millones de dólares anuales.

Para que lo pudieras leer aquí en ADN, en esta nota que publicamos el mismo martes por la noche, tuvimos que volver a hacerle la entrevista. Y esta vez nos encargamos de que nadie pudiera borrarla.

¿Llegó la censura al mundo digital? No estamos seguros, pero se le parece bastante.