Cristina Fernández advirtió que los ajustes económicos posibilitan que las organizaciones criminales tomen el lugar que les corresponde al Estado. A pocos kilómetros de la Casa Rosada, los vecinos denuncian abandono y el crecimiento del narcotráfico.

“Cuando el Estado no puede generar a partir de políticas públicas activas, trabajo bien remunerado que le permita acceder a una vivienda, a la educación y a la salud a sus hijos ¿Quién aparece? El narco”, había dicho la vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández.

Recordó que, en una charla con el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, este último “contaba como el narco le ocupaba la región porque construía escuelas, porque el Estado no podía por falta de recursos; porque tenía que aplicar las políticas de ajustes que dicta el Fondo Monetario Internacional”.

Lo que implica que el endeudamiento generado durante la presidencia de Mauricio Macri es, en evidencia, el caldo de cultivo para que proliferen las bandas narcos y que la droga avance cada vez más, tal como ocurre.

El caso testigo es el de un barrio de La Matanza, golpeado por la crisis. En ese lugar hay escuelas y los vecinos se encargan en soledad, sin apoyo de las fuerzas de seguridad ni políticos, de evitar que los narcos vendan estupefacientes a los chicos.

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“Estamos en alerta. Los echamos a los que venden droga, cara a cara”, contó Graciela, una de las vecinas.

Explicó que actúan de esta manera porque “los pibes cuando consumen, delinquen y van presos. Pero no tienen para pagar a un abogado, entonces les ayudamos haciendo las presentaciones para que salgan”.

El dato más fuerte es, sin dudas, que “en este barrio hay chicos de ocho o nueve años que compran paco y porro, como también clonazepam”, contó Graciela.

La vecina sostuvo que la problemática del consumo de drogas se ve más entre niños y adolescentes. “No acepto que un chico esté tirado, abandonado. Hablo con el servicio local; vamos con las asistentes sociales a las casas de los chicos, en una zona muy complicada, cuando no vienen a la escuela. Son chicas de 14 años con problemas de consumo que se prostituyen”, contó.

Remarcó que estas acciones indican que los funcionarios gubernamentales “no trabajan y hacen la vista gorda” respecto a las instituciones gubernamentales que deben abocarse a estos problemas que existen.

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Pero, la problemática, además, genera crímenes. “Hay mucha inseguridad y homicidios, porque el pibe necesita consumir. Consumen desde los 8 años”, remarcó.

Desde su punto de vista, “el que vende no tiene la culpa, sino los políticos”. Y esto es porque en ocasiones existen personas que, en la necesidad de dinero, acceden a comercializar drogas. “Tenemos pibes en situación complicada y detenidos. La política maneja todo”, consideró.

Graciela, además, sostuvo que los funcionarios locales gubernamentales ni provinciales toman contacto con la realidad. “Acá no viene nadie, no vienen a preguntar cuál es la situación y la política se hace hablando con los vecinos. Las asistentes sociales deben estar con los menores y los políticos deben dejar los escritorios y salir a la calle”, reclamó.