En medio de una situación personal desesperante hace un llamado a la solidaridad y a la necesidad de respetar el aislamiento para cuidarnos entre todos.

Rocío Bestabé Vázquez es una cordobesa que vive en España, el segundo país europeo más afectado por la crisis del coronavirus.

Junto con su esposo y una hija viven en la isla de Palma de Mallorca. Su hijo falleció hace apenas unos días producto de una complicación pulmonar por el coronavirus. Tenía 33 y años y sufría un tipo de parálisis cerebral.

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El contagio se produjo en el colegio y la familia empezó a reaccionar a partir de que se conociera un brote de infectados en el establecimiento educativo: en 24 horas aparecieron 4 chicos infectados.

“Yo sí había detectado que mi hijo no estaba bien y lo había guardado en casa toda esa semana”, Rocío Vázquez.

Personal médico fue a verlo en dos ocasiones, pero no tomaron mayores medidas ni prestaron atención porque no presentaba síntomas agudos. Tampoco vestían la indumentaria preventiva necesaria.

El lunes 16 por la madrugada, Rocío decide llevarlo por su cuenta al hospital. Al llegar, la neumonía ya se encontraba muy avanzada.