Hoy se conmemoran 44 años de la última y más cruel dictadura militar en la Argentina. Fue un golpe de estado coordinado por el neoliberalismo estadounidense que se replicó en toda Latinoamérica y cuyas consecuencias padecemos hasta el día de hoy. Escuchá la editorial de Tomás Méndez.

Atravesados por una circunstancia de fuerza mayor, este año no contará con la presencia de los millones de argentinos en la calle que marchan para mantener vivo el recuerdo.

Obligados a permanecer en casa, podemos honrar de igual manera la lucha más grande en la historia reciente de nuestra nación por los derechos, la libertad y la democracia si reflexionamos sobre las consecuencias más profundas y subrepticias que nos dejaron los años de la dictadura.

En efecto, muchos de los responsables materiales del golpe han sido debidamente enjuiciados. Algunos responsables ideológicos, cómplices del poder económico y del poder mediático, todavía permanecen impunes.

Escuchá la editorial

El neoliberalismo instalado durante esos años no se ha erradicado y, peor aún, se arraigó en las bases e ideas más fundamentales de la sociedad. Lo ha hecho en una de las formas más nocivas para la especie humana como sociedad: el individualismo. Ese conjunto de ideas que desvían la importancia de la realización del conjunto e insuflan, de maneras más o menos disfrazadas, la persecusión de fines propios.

¿Cuánto de lo que nos pasa hoy se debe ese error de perspectiva?

"Nos sacaron las ganas de pensar. Porque mientras más pensas este mundo, más necesitás el compromiso", Tomás Méndez.

Ese mismo individualismo que hoy se manifiesta a través del egoísmo que vemos en los sectores más pudientes de la sociedad: incumpliendo la cuarentena cuando vuelven del exterior, paseando en yates, yéndose a cumplir el aislamiento a la costa.

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"Este virus solamente depende de ese vector: de individuos que piensan en sí mismos. Creo que sin el invididuo tal cual lo parió el neoliberalismo no habría coronavirus", Tomás Méndez.

En ese sentido, la conmemoración del 24 de marzo de 1976 no es un asunto del pasado, sino del más peligroso presente. Hoy es a partir de una pandemia, mañana quizás encontrará su expresión en otras formas.

Memoria, verdad y justicia.