El ex secretario de Energía de Cristina Kirchner, Jorge Lapeña, habló sobre el problema de la falta de gas. El país corre serios riesgos de quedarse sin gas para el invierno. Escuchá la entrevista. 

En medio de la aprobación del acuerdo con el Fondo, de un contexto altamente inflacionario y de internas partidarias en el oficialismo, apareció también el problema del abastecimiento de gas.

No es un problema aislado y tiene que ver con el delicado contexto que atraviesa nuestro país.

La mecha se prendió con la carta que el secretario de Energía, Darío Martínez, le dirigió a su jefe Martín Guzmán, para advertirle sobre la falta de fondos para efectuar los pagos de la importación de gas natural licuado.

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Según Jorge Lapeña, quien fuera ministro de Energía de Cristina Kirchner, la amenaza de la falta de gas es real. “Esto puede derivar en que tengamos un invierno frío y sin gas, lo cual va a tener consecuencias sociales y políticas grandes”, aseguró el experto.

A los problemas económicos se suman los problemas de abastecimiento.

“Del gas que se consume en invierno, entre el 25% y el 30% es importado”, detalla Lapeña. Argentina importa gas a través de dos vías: el gasoducto con Bolivia y por barcos de GNL que descargan en los puertos de Escobar y Bahía Blanca.

En estos momentos, Bolivia ha disminuido los envíos. “Aducen que los yacimientos han bajado los rendimientos. Esto tiene que ser inspeccionado por el operador argentino. No puede haber una noticia intempestiva así”, dijo el ex secretario de Energía.

Aunque las relaciones con el país fronterizo son muy buenas, hay sospechas de que la disminución de los envíos tenga que ver con el contexto de los mercados internacionales.

La guerra en Europa produjo un alza drástica en los precios del combustible. El Gas Natural Licuado pasó de 8 dólares el Btu a casi 50 dólares. Son precios impagables para nuestro país y es un contexto favorable para cualquier exportador, como Bolivia.

En cualquier caso, Lapeña insiste con la necesidad de que el gobierno argentino investigue y haga cumplir los contratos con Bolivia, una relación comercial que data desde 1972.

A fin de cuentas, sea por problemas de abastecimiento desde Bolivia o por falta de dólares, el gobierno debe preocuparse para que el invierno no nos encuentre sin gas.