El presidente brasilero admitió su reunión con Willian Burns el 3 de julio, quien fue recibido en el palacio de gobierno en Brasilia. EEUU está dispuesto a frenar el avance de la centroizquierda en la región, y coordina con Bolsonaro medidas de acción directa. Los detalles de una reunión secreta que el presidente de ultraderecha tuvo que admitir.

Algo está fallando en la Central de Inteligencia norteamericana. O ya no hay tal inteligencia, o es tal el desenfado en su intención de dominar el patio trasero del continente, que las reuniones y las operaciones ya no son tan secretas como antes y se han vuelto un tanto burdas. 

¿Por qué lo decimos? Porque el sábado 3 de julio Willian Burns, director de la CIA se reunió con Jair Bolsonaro, y la información logró trascender, al punto que el propio Bolsonaro tuvo que admitirlo. 

Designado por Joe Biden el 18 de marzo, Burns (nada que ver con el personaje de los Simpson, al menos por ahora), viajó a Brasilia para reunirse bajo agenda secreta con el presidente brasilero. ¿Los motivos? Te los cuenta el propio Jair, con su habitual desenfado.

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Escuchaste bien ¿no? Lo tuvimos acá cerca, en Brasilia, al presidente de la agencia de inteligencia más poderosa y más garca y más peligrosa del mundo, organización que históricamente ha trabajado de las maneras más sucias para poner y sacar presidentes, para voltear regímenes, para operar en la política interna de las naciones. A ese tipo, representando ese organismo, dialogando con un presidente psicópata acerca del devenir del continente. 

"Mira Argentina. ¿Qué está pasando en Chile? ¿Qué sucedió en Bolivia?", era lo que cronicaba el propio presidente brasilero, el primero en toda la historia de ese país en visitar los cuarteles centrales de la CIA en Langler, Virginia. En esa ocasión, lo hizo junto al exjuez Sergio Moro, el hombre que encarceló y proscribió a Lula. Te recuerdo que los fiscales, también sucios, que participaron de esa maniobra de persecución, disfrazada bajo la túnica de "lucha contra la corrupción", consideraron la persecución a Lula como "un regalo de la CIA".

Cualquier parecido con ciertos jueces apellidos Bonadío, Ercolini, Lorenzetti, o fiscales como Stornelli o Marijuán sólo debe ser una triste coincidencia continental, nada más.

Reunión secreta de Bolsonaro con la CIA en Brasilia para hablar de Argentina

LA VISITA DEL SEÑOR BURNS

Pero volvamos a lo nuestro. Lo tenemos a este tipo, Burns, visitando al psicópata. Y ambos hablan del continente. Les preocupan los movimientos de resistencia en Colombia y los buenos números que marca en las encuestas el líder de centroizquierda, Gustavo Petro. Les molesta, obviamente, que un desconocido Pedro Castillo, también de centroizquierda se haya quedado con la presidencia de Perú, pese a todo el esfuerzo que hicieron por imponer a la impresentable hija del dictador Fujimori.

Reunión secreta de Bolsonaro con la CIA en Brasilia para hablar de Argentina

Sigamos. Bolivia se les salió de cauce. No alcanzó con las masacres que desataron. No fueron suficientes los encarcelamientos, la persecución, las bravuconadas de Jeanine Añez y los impresentables de su gabinete montados a bordo de una Biblia del Medioevo. Las urnas los taparon de votos y hoy algunos están a la sombra. 

Les jode, claro que les jode, el devenir de Chile, que acaba de poner a una intelectual mapuche al frente de la Convención Constituyente, y se avizora, también ahí, en su amada Chile un cambio de rumbo importante después de décadas de sometimiento. 

Y Argentina, obviamente Argentina, manejada por una coalición que se niega a allanarse a la bajada de línea de Washington. 

¿Jodido, Jair, no?

JAIR YA GRITA FRAUDE

Momento. Falta algo más. Pero antes sigamos con la crónica de la visita, algo que reconstruyó con gran precisión el sitio periodístico Brasilwire. 

Durante el día sábado, el enviado norteamericano visitó el Palacio del Planalto para concretar las reuniones que se presumían secretas, pero cuya agenda logró ser accedida por ese sitio. Esa misma tarde, Burns asistió a una audiencia con el director de la Oficina de Seguridad Institucional (GSI), general Augusto Heleno. Allí estuvieron presentes Alexandre Ramagem, director general de ABIN, la Agencia de Inteligencia de Brasil, y el general Walter Braga Netto, ministro de Defensa. Por la noche, el director de la CIA participó en una cena con Heleno y con el secretario de Gobierno, general Luiz Eduardo Ramos.

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"No hay información exacta" sobre dónde fue el encuentro entre el director de la CIA y Bolsonaro, informa el mismo sitio. Pero hace un agregado preocupante. "Mientras Burns se reunía con los generales en el corazón del régimen, Bolsonaro anunció que no cedería la presidencia en las elecciones de 2022 en caso de fraude electoral", cronica Brasilwire.

La declaración del psicópata presidente ha causado preocupación, especialmente dado que las infundadas acusaciones de fraude electoral fueron el pretexto tanto para el golpe de estado respaldado por Estados Unidos en 2019 en Bolivia, como para la situación actual en Perú, con todos los esfuerzos de la derecha internacional para evitar que su ganador de las elecciones, el socialista Pedro Castillo, asuma el cargo. 

Por eso no sobreactuó Lula cuando el martes por la noche tuiteó esto desde su cuenta oficial

Creo que se entiende, pero lo traducimos: 

Hasta ahora nadie ha explicado la visita del director de la CIA a Brasil ... Hay que explicar. Los congresistas deben exigírselo al gobierno de Estados Unidos.

Entonces, no es joda. Lula está viendo otra vez la mano de la CIA. La misma mano que lo metió preso casi dos años y que dejó al Brasil en manos de un animal de la derecha, dispuesto a todo, sin escrúpulos, con voluntad y decisión para intervenir y apoyar movimientos golpistas en otros países de la región, como ocurrió en Bolivia, y al mismo tiempo acorralado, sangriento, repudiado en las calles, y sabiendo que en cuestión de meses, su rival se lo come crudo en las elecciones.

Ojo, porque la derecha está jugando y sabe que está perdiendo. 

Ojo, porque la CIA anda dando vueltas y sigue muy de cerca lo que está sucediendo por este lado del mundo. 

Ojo, porque no son buenos perdedores. 

Ojo, porque tienen en todo el continente una red poderosísima que actúa en sincronía con los medios, con la justicia, con las empresas, con los partidos libertarios y de ultraderecha, y también con elementos de acción directa, que no andan con vueltas y que aplican la acción directa.

Ojo, porque a todo esto ya lo conocemos, ya lo vivimos, ya lo padecimos, y ya nos costó en el último tiempo, cuatro años de destrucción del aparato productivo, de endeudamiento, de fuga y de persecución.