Un grupo de científicos e investigadores del Conicet, en el año 2019, se propuso investigar si una persona realmente podía vivir con los alimentos que proponía el gobierno como canasta básica de alimentos para medir la pobreza y la indigencia. La elaboración de una canasta básica fija los estándares de cualquier política de salud Pública.

Probamos la canasta básica para demostrar la mentira

Las consecuencias fueron graves para los voluntarios: pérdida de peso insalubres, interrupción del ciclo menstrual, aumento de triglicéridos

El experimento que estuvo diseñado en principio para ser realizado durante seis meses debió ser interrumpido a los tres, ya que los voluntarios comenzaban a correr riesgos en su salud.

Probamos la canasta básica para demostrar la mentira

Un integrante del equipo de TLN Investiga, Ezequiel Vázquez ha decidió realizar el mismo experimento por un mes. Se alimentará solo con los productos que indica el INDEC.

Ezequiel realizará la prueba dentro de un contexto de condiciones controladas.

Los científicos del CONICET nos comentaban que había que tener contención psicológica, chequeo médico, cardiólogo con seguimiento constante y un nutricionista que realice un plan de alimentación solo con los productos que componen los alimentos de la canasta.

Nuestro compañero Ezequiel confía en la dirigencia política, en el Estado y decide realizar esta prueba con supervisión de la producción y los profesionales que acompañan.

Los responsables de lo que está sucediendo hoy en nuestro país con respecto a la irrealidad de los números del INDEC y de los índices de la pobreza e indigencia, no son sólo responsabilidad de este gobierno.

El país arrastra pobreza desde hace muchos años y son todos los políticos que nos han gobernado quienes no se han ocupado con seriedad del tema: De la Rúa, Alberto Fernández, Eduardo Duhalde, Carlos Menem, Cristina Fernández, Mauricio Macri, Néstor Kirchner.

Los productos que mostramos en el informe (siguiente imagen) son los que propone el gobierno, de las marcas más económicas y no en su totalidad; se dividen en porciones. Por ejemplo, no se consume un kilo de yerba por persona; solo se puede utilizar 600 grs por mes. De un pote de dulce de leche chico, solo una cucharada sopera.

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¿Por qué no la consumen los políticos?

Son alimentos altamente peligrosos, como contaron los científicos del CONICET, no pudieron llegar a la fecha propuesta para el fin del experimento por “pérdida de peso, acidez, falta de ciclo menstrual, alteración en los análisis”.

Esto comprueba que los números que reflejan la política no son reales. Si se midieran correctamente, por lo menos se duplicaría los índices de pobreza e indigencia; pero todos los gobiernos se han dedicado a negar los números verdaderos.

Alberto Fernández cuando ocupaba el rol de presidente decía que tenía dudas sobre la medición de la pobreza: “Sí, yo tengo dudas, creo que está mal medida la pobreza. Si hubiera semejante cantidad de pobreza, si tuviéramos un 40% de pobreza, Argentina estaría estallada”.

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No solo no reconocía los porcentajes de medición; también ponía en duda los resultados de las encuestas. Las excusas eran que “la gente miente”.

Diferentes criterios ya que los presidentes creen realmente en las encuestas cuando son candidatos, pero cuando llegan al poder no le creen a la gente.

Milei hablando de la pobreza (escondida)

“La pobreza en la frecuencia mensual bajó del 56% al 33%. 10 millones de personas que salieron de la pobreza”.

¿Se puede creer que el valor de la canasta básica de alimentos para una persona es de $163.757, para tres integrantes $402.841 y para cinco personas $532.209?

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Podríamos pensar que esto le sucede a la gente que está marginada y fuera del sistema desde hace mucho tiempo. Pero en realidad esto le está sucediendo a los docentes, policías, gendarmes, médicos de Garrahan, médicos provinciales y muchas personas más que rozan la pobreza y hasta la indigencia, con salarios registrados y formales.

El gran problema son los 9 millones de argentinos que tienen trabajo no registrados, están en “negro” y que se encuentran en peores condiciones que los trabajadores en “blanco”.

Con respecto a la prueba que va a realizar Ezequiel Vázquez, la nutricionista explica que “a través de distintas herramientas antes de comenzar el experimento, se miden los pliegues, la masa ósea, los perímetros y músculos. Con esto se define la composición corporal y se comienza el seguimiento”. Semana a semana se analizará si corre algún tipo de riesgo en su salud.

El Dr. Donato Spaccavento dice que el riesgo de ingerir solo los alimentos de la canasta son las enfermedades metabólicas.

 “Las personas que ingieren durante mucho tiempo este tipo de alimentos que son procesados, altos en carbohidratos y grasas, aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares" y agrega:

"Se llega a esto porque el Gobierno dice que se retira y que quiere romper el Estado, no es extraño que este gobierno proponga esta alimentación”.

La pobreza es un problema de los ciudadanos, pero la política no tiene interés ni preocupación por resolverlo. Eso sí, ningún político en su vida se alimentó con la cantidad y calidad de los alimentos que el mismo Gobierno propone.

Los políticos opinan:

Milei: “Hoy, desde aquél fatídico 57% hemos sacado de la pobreza a 11 millones de argentinos, le guste o no a las cucarachas”.

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“La pobreza estaba en torno al 57% y hoy es en torno al 38%. Sacamos de la pobreza a 12 millones de seres humanos. Vaya que están funcionando las ideas de la libertad”.

Aníbal Fernández, exministro de Justicia: “Tenemos menos pobreza que en Alemania, ahora ronda el 5%”.

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Guillermo Francos, jefe de Gabinete: “Medimos la pobreza y la desocupación y hoy la pobreza es del 31%”.

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Manuel Adorni, vocero presidencial: “Milei es el presidente que más está haciendo por los pobres”.

Junto César Albarracín, abogado, una vez que finalice la experiencia de Ezequiel, junto a TLN Denuncia presentará una demanda contra el Estado en representación de la “gente, del pueblo” porque sabemos que este experimento no va a terminar con un final feliz. El abogado explica:

“Haría una demanda colectiva en favor de todos los indigentes que no llegan ni siquiera a comer lo que el Gobierno indica como canasta básica y además hay una cuestión de incumplimiento de los deberes de funcionario público porque hay una conducta dolosa de ir sacando productos de la canasta para decir que cada vez hay menos pobres”.

La política y los políticos son incapaces de reconocer los números de la pobreza; por eso cuando pidan el voto no se los debería escuchar hablar de este tema. No les importa. A ningún partido político, no hay debate posible porque: “con hambre no se puede pensar”.

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