La derrota en las elecciones nos mostró una fractura en el gobierno, ya lo sabemos. El gobierno perdió en las urnas porque la gente tiene hambre y porque ve que la plata no les alcanza para llegar a fin de mes. Es simple. Ahora, el gobierno no puede hacerse el sorprendido porque se lo estábamos avisando desde hacía rato. El plan económico con el que asumieron no es el plan económico que están aplicando. Lo que está pasando se parece mucho a las recetas de la derecha: ajuste y derrumbe de los salarios. Es tiempo de revisar el rumbo y no olvidarse de quiénes los votaron y para quiénes tienen que gobernar.