El desfile de aviones privados en el aeropuerto de la provincia gobernada por Uñac nos hizo sentir por un día que no estábamos en una tierra arrasada por la pobreza y la exclusión sino en alguna capital petrolera de Medio Oriente.

Maravilloso. Todos felices con el espectáculo. San Juan pasó la prueba y fue un excelente anfitrión del clásico más importante del fútbol mundial.

Tan maravillosa fue la puesta en escena, que por momentos el gobernador Sergio Uñac logró hacernos olvidar que vivimos en un país donde 4 de cada 10 argentinos es pobre, y donde 6 de cada 10 chicos no cubre sus necesidades básicas.

Para eso creo que la provincia de San Juan debe haber encontrado su hada madrina; que no sólo le regaló el lujo de haber tenido al campeón y subcampeón de América reeditando la final en tierra cuyana, sino que también le regaló la carroza, el vestido, los regalos y todo el lujo, incluidos los zapatitos de cristal.

El jueves te mostré el salón de fiestas donde Uñac se despachó con un ágape para 800 invitados, obviamente de la política y del jetset futbolístico y artístico.

Hoy lo que te voy a mostrar es el desfile de aviones privados en el aeropuerto de San Juan, para que terminemos de dimensionar lo que fue la fiesta.

¿Estás preparado?

Ok. Te aclaro que lo que estás por ver no es Doha, la capital de Catar. Tampoco Dubai, en Emiratos Árabes Unidos. No es Miami ni Cancún. Es San Juan, al pie de la cordillera.

Mirá el video

¿Los contaste? Yo sí. 18 jets privados.

Vos lo sabés. No tengo nada contra los aviones privados ni contra la gente de guita.

Lo que sí me genera bronca es la desigualdad. Y los dirigentes que viven apartados de la realidad. Los políticos que creen que son parte de una realeza criolla, y que transitan como si estuvieran en un país del primer mundo, mientras la gente la sigue pasando realmente mal.

Bueno, todo eso pasó en San Juan.

Y a mí, realmente me genera ciertas cosas.

¿A vos no?