No pronunció una sola palabra durante todo 2021. Y además faltó al 30% de las sesiones. El contraste de una política de Cambiemos que todas las semanas está presente en los medios del establishment argento. Pero en el Parlamento, donde le pagamos... simplemente NADA.

Cero. Muteada. Silencio absoluto.

Ni una sola palabra. No levantó la mano ni para pedir ir al baño.

Así transcurrió el año legislativo de Mariana Zuvic, diputada nacional por Cambiemos en representación de Santa Cruz.

No hizo ni el más mínimo aporte al cuerpo legislativo para el cual se postuló y fue electa en 2019, representando a la Coalición Cívica, el partido de Lilita. Y claramente aprendió bien de su mentora, también famosa por concurrir a todos los programas de televisión pero tener récord de inasistencias a su banca legislativa para la cual le estamos pagando todos los argentinos.

En el caso de Mariana Zuvic, de los 370 mil pesos que se le pagó en el último mes, no tenemos muy en claro para qué sirvieron. Y lo mismo pasó con todos sus haberes durante el año 2021, en el que se caracterizó por su silencio. Aporte cero. Con un adicional: faltó al 30% de las sesiones ordinarias. Intentá vos hacer lo mismo en tu laburo y después contame...

Para más datos, también es bueno saber que en su primer año como legisladora en este mismo mandato, en 2020, también apareció entre los diputados que menos hablaron. Fue la número 225 entre los 260 miembros del cuerpo. Aunque sí, hay que reconocerle que en pleno año de la pandemia, al menos pronunció 934 palabras, esto es, unas dos carillas aproximadamente.

PALABRAS MENOS

Los datos provienen del sitio Parlamentario.com, especializado en cobertura del Congreso, que todos los años publica las estadísticas de participación de los diputados y senadores, midiendo su intervención a partir de las versiones taquigráficas. Y ahí, en ese reporte, Zuvic estuvo entre los 9 diputados nacionales que no pronunciaron palabra en todo el año.

En esa lista también figuran Aída Ayala, Esteban Bogdanich, María Cristina Britez, Adriana Cáceres, Nelly Daldovo, Sebastián García de Luca, Dante López Rodríguez, Osmar Monaldi, Rosa Muñoz, Alejandra Obeid, Estela Regidor Belledone, Julio Sahad, y Liliana Yambrun.

Si nos detenemos especialmente en Zuvic -y no en el resto- es por su crónica presencia en los medios de siempre, donde se la ve verborrágica, detallista, habladora, extrovertida.

Todo lo contrario a lo que se percibe de ella en el Parlamento, que como dice su nombre, es el lugar donde la política se transforma en palabras. Pero en esa instancia, a Zuvic le agarra un ataque de timidez. O se le rompió el micrófono.

Pero lo más probable es que simplemente sabe que en ese ámbito no recibirá cada dos minutos los centros a la cabecita que le suelen tirar con tanta precisión y cariño Luis Majul, Novaresio, Joaquín Morales Solá o tantos otros, que siempre se los ve más preocupados por lograr que sus visitantes se luzcan, sacrificando todo vestigio de periodismo.

Zuvic, agradecida.

La República que les gusta declamar, no tanto.