Durante el fin de semana los medios de comunicación hegemónicos difundieron e instalaron la noticia de que un avión de carga extranjero había ingresado al país con tripulantes iraníes pertenecientes a agrupaciones terroristas. Sin embargo, los allanamientos y procedimientos realizados por la AFI y la PSA no arrojaron resultados que sugirieran lo mismo. El Boeing 747 que pertenece a una empresa venezolana transportaba una carga de autopartes y ninguno de los pasajeros tenía pedidos de captura internacionales. Se utilizaron detectores de trazas y canes para buscar explosivos y narcóticos, y también se registró el equipaje en busca de elementos prohibidos. Ninguna de las pericias dio resultados positivos. Además, el avión había realizado varias escalas en Sudamérica. ¿Qué fue lo que pasó entonces? Lo que pasó fue que, una vez más, el gobierno se dejó intimidar por los medios de comunicación. Escuchá el editorial de Tomás Méndez.