En 2007, Mauricio Macri se presentaba por segunda vez a candidato para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Como “estrategia” de campaña, decidió anunciar la postulación junto a una niña de 8 años en un basural de la Ciudad. 15 años después, nada cambió para esa niña. Los políticos pasan y la miseria queda.

Igual que lo haría tiempo después durante su campaña presidencial, en 2007 Macri prometía erradicar la pobreza.

Desde aquella campaña porteña, Macri fue dos veces jefe de gobierno y una vez presidente.

Melina, la niña que el equipo de comunicación del expresidente había hecho posar junto a él en 2007, sigue viviendo en el Barrio Ramón Carrillo.

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“Sigo en la misma, no cambió nada. No tengo nada. Nunca más apareció el”, lamenta Melina, que ahora tiene 23 años, una hija y está intentando finalizar los estudios secundarios.

A cámara, Melina confiesa que se sintió usada. Y es que es lo que gran parte de política ha hecho sistemáticamente con la pobreza durante las últimas décadas.

En los manuales clásicos, la política era conceptualizada como una herramienta de transformación de la realidad. Hoy, los políticos son los que se transforman y la miseria es la que queda.