Su nombre apareció en la denuncia original de Nisman por la causa Amia. Pero nunca fue imputado. Ni siquiera cuando Bonadío tomó la causa y dictaminó prisión para todos. Luis Yrimia, un vidrioso exjuez federal y exfiscal, apareció semanas atrás en una serie de videos donde expone sobre las bondades de ZOE y su fundador, Leonardo Cositorto, y se dirige a una audiencia de jóvenes para convencerlos a realizar inversiones. Ahora la fiscal que investiga la causa ordenó su captura internacional.

Fue fiscal, fue juez federal, armó un estudio muy exitoso, asesoraba a clientes importantes. Se trata de Héctor Luis Yrimia, un apellido que siempre se las ingenia para aparecer en situaciones poco claras.

La última fue su decidida participación dentro de la estructura de Generación Zoe, cuyo líder Leonardo Cositorto se encuentra prófugo en República Dominicana y con pedido de captura de Interpol.

Ahora, la misma fiscal que metió presa a buena parte de la organización a partir de sus segundas líneas y que también pidió la captura de Cositorto, también está pidiendo la cabeza de Yrimia. Este miércoles se conoció la decisión de la fiscal cordobesa Juliana Companys, ordenando la captura internacional del exjuez federal.

UN GRAN EVANGELIZADOR

La participación de Yrimia dentro de estructura había trascendido semanas atrás, luego de que el informático Javier Smaldone -quien viene desnudando desde su cuenta de Twitter la estafa piramidal de Zoe- difundiera en varias partes un video de la exposición del propio Yrimia durante una reunión de Zoe.

Micrófono en mano, y parado ante una estrecha audiencia de no más de 20 jóvenes (cada tanto se escuchan llantos de un bebé), Yrimia explica la estructura de Zoe. "Tardé cuatro meses y medio en analizar lo que estaban haciendo, y concluí que estaban trabajando de una forma alegal, o sea, bajo ninguna regulación", señala el abogado, para agregar de inmediato, usando primera persona: "No teníamos problema porque estábamos en pandemia y la gente del gobierno no controlaba nada".

La justicia pide la detención de Yrimia, hombre clave de Cositorto en el armado de ZOE

Luego describe la actividad de la empresa, asegurando tener presencia en 22 países, y señalando que recauda dinero que luego administra y "lo pone a trabajar en diversas actividades, sobre todo en el mercado de Forex, criptomonedas, compra y venta de divisas. Compran inmuebles baratos y los venden caros, tienen autos...", enumera. Más tarde en la misma exposición hablaría sobre las inversiones en minería de oro en las que estaba supuestamente destinada la plata de los ahorristas.

Finalmente señala que la figura del fideicomiso de administración e inversión "era la ideal". Y pone como ejemplo los 110 mil dólares que asegura haber invertido una vez que entró en vigencia la figura del fideicomiso que él mismo contribuyó a armar.

Ya en tono de vendedor de ilusiones, Yrimia avanza elogiando al cabecilla del grupo, Cositorto, a quien compara con el Rey Midas: "Todo lo que toca lo hace oro".

Durante toda su exposición, el exjuez federal hace un esfuerzo constante para demostrar y transmitir tranquilidad. Varias veces insiste en que la organización es controlada por la IGJ, el Ministerio de Justicia, la UIF, y hasta incluso afirma que están bajo control de la Unión Europea. Es llamativo lo insistente que es Yrimia sobre estos puntos.

Toda la serie de tuits difundidos por Smaldone se pueden ver en este enlace.

TEMIDO POR BONADÍO

Ver y escuchar a un exfiscal y exjuez federal hablando en primera persona, en nombre de una empresa que resultó una estafa piramidal, mientras trataba de convencer a un grupo de gente joven de que confiaran en ellos sus ahorros, es cuanto menos inquietante.

Tanto o más inquietante que lo que le resultó al fallecido juez Bonadío la presencia de Yrimia en el expediente de la causa Memorandum con Irán que le tocó instruir.

El hombre que ahora se sabe era socio de Zoe y que es buscado por la justicia, fue uno de los primeros señalados en la denuncia formulada por el fiscal Alberto Nisman días antes de morir en el baño de su departamento.

A él apuntaba el fiscal de la UFI AMIA como el supuesto ideólogo de las pistas falsas, y lo consideraba una pieza clave en el entramado de encubrimiento.

Recordemos que esa causa originalmente no logró sobrepasar ninguna de las instancias jurídicas, y pese a la sucesión de apelaciones, fue desestimada por cada una de ellas.

Luego, con Cambiemos en el poder, la denuncia volvió a activarse, y fue una de las tantas vinculadas con el kirchnerismo que “misteriosamente” recayó en manos del juez Claudio Bonadío. El juez instructor tomó la causa y terminó imputando y procesando a todos los señalados por Nisman. Menos a uno: Luis Yrimia.

El que sí resulto imputado fue el exespía de la AFI, Allan Bogado, quien no obstante, tuvo el privilegio de ser el único de los acusados por Nisman que no terminó con pedido de prisión. ¿La razón? Según él mismo admitió en una entrevista con ADN, fue que aceptó declarar con un libreto "absolutamente guionado".

Mirá el video

En esa misma entrevista, Bogado recuerda que el juez Bonadío le preguntó por Yrimia. Cuando el espía comenzó a deponer, asegura que el juez lo cortó con una aclaración muy concreta: "Yrimia es un amigo". Y nunca lo imputó. Ni lo citó. Ni lo molestó.

Hay dos posibles interpretaciones para la no imputación de Yirima, en momento en que todos quedaron atrapados en ese expediente. Si era "amigo" de Bonadío, como dijo en la indagatoria, entonces debería haberse apartado de la causa. Pero lo que especula Bogado es que lo que en realidad frenó a Bonadío no fue un afecto por Yrimia sino miedo a que revelara información sobre él. En otras palabras: temía que fuera hombre de la SIDE.

Hoy aparece vinculado muy estrechamente a una estafa piramidal, a la que parece haber contribuido con su encendido discurso a favor de invertir en el fondo del misterioso hombre que no hace mucho supo convertir en oro todo lo que tocó. Una hasta hace poco desconocida fiscal de una ciudad del interior de Córdoba, es la que finalmente se anima a dar el paso que Bonadío tanto temió.