En vez de estar ocupados en trabajar para frenar la inflación, bajar la pobreza o recuperar el salario y reestaurar el empleo formal, los senadores nacionales se la pasan entretenidos con problemas infantiles y personales. En medio del debate sobre la creación de un fondo para pagarle al FMI financiado con dólares recuperados de la fuga, la senadora riojana, Clara Vega, pidió una cuestión de privilegio para denunciar que una colega, Gabriela Riollo, le había "ocupado la banca". ¿Es que no se dan cuenta del país en el que viven? Escuchá el editorial de Tomás Méndez.