La política está tan preocupada por resolver sus propios problemas que se ha olvidado del pueblo. En un contexto de casi 50% de pobreza, esto es imperdonable. Mientras tanto, el pueblo también se olvidó de la política porque ya no confía en sus representantes. Por eso esta familia en vez de dirigirse a los políticos llamó a un canal de televisión primero. Ahí estuvimos para mostrar que la realidad es todavía más triste de lo que parece. Así no se puede. Algo hay que cambiar.