Por primera vez habla en cámara Allan Bogado, ex espía inorgánico de la SIDE y un actor clave dentro de la causa Memorándum. Confiesa haber sido guionado para declarar en la causa. Al guión se lo dio Marcos Peña con el objetivo de meter presos a Cristina Fernández y funcionarios de su gobierno.

La causa Memorándum

El martes 13 de enero de 2015, Alberto Nisman realiza la famosa denuncia ante el juez federal Ariel Lijo. La misma era por encubrimiento agravado, incumplimiento del deber de funcionario público y estorbo del acto funcional. En ella quedaban implicados Cristina Fernández de Kirchner, Héctor Timerman, Andrés Larroque, Fernando Esteche, y Luis D’Elia.

No obstante, de acuerdo a las investigaciones del fiscal, éstas no serían las únicas personas involucradas en el supuesto entramado. En su escrito aparecen mencionados, reiteradas veces, Allan Bogado y Luis Yrimia, entre otros. Cinco días después de presentada la denuncia, el 18 de enero, Nisman aparece muerto en su departamento.

Bonadio, el comodín del PRO

La reapertura de la causa había sido rechazada a fines del 2015 mediante un fallo del juez Daniel Rafecas en donde desestimaba la denuncia. En 2016, bajo el gobierno de Mauricio Macri, la causa cae en manos del juez preferido, Claudio Bonadio.

Vale la pena recordar que el juez ya había sido apartado de la causa AMIA en 2005 por vínculos con los imputados, por haber desviado y no haber avanzado en la investigación.

El 7 de diciembre de 2017, Bonadio procesa a 12 personas por los delitos de encubrimiento agravado, estorbo del acto funcional y traición a la patria. Luego, la Cámara Federal desestimaría el delito de traición a la patria, pero agregaría el de abuso de autoridad.

 “La Constitución es muy clara: para que haya traición a la patria, tiene que haber una guerra y la Argentina no le declaró la guerra a Irán”, Eugenio Zaffaroni.

En el fallo publicado se dicta la prisión preventiva a 6 de los procesados: Cristina Fernández de Kirchner, Héctor Timerman y Carlos Zannini, señalados como coautores; Fernando Esteche, Luis D’Elia y Jorge Khalil, señalados como partícipes necesarios.

Allan Bogado, presente en las escuchas de Nisman y pieza clave de su denuncia, aparece como partícipe necesario en el fallo, pero no se le dicta la prisión preventiva. ¿Por qué?

El espía experto en física nuclear

Previo al estreno del famoso documental de Netflix sobre Nisman, en diciembre de 2019 Bogado habla por primera vez en cámara en ADN PERIODISMO FEDERAL.

Mirá la entrevista:

Bogado es un ex espía inorgánico de la SIDE. Trabajó allí desde 1992 hasta 2015. Según él, los espías inorgánicos son los encargados de recolectar la información. Los orgánicos, por otra parte, están avocados a tareas más administrativas.

A partir de un íntimo amigo de él, un funcionario de Cambiemos en un alto puesto del poder ejecutivo, se entera de la reapertura de la causa, allá por 2017. Le ofrecen su libertad, ya que él se encuentra acusado, a cambio de que declare ciertas cosas.

El 25 de octubre de ese año, sus abogados se reúnen en Olivos con Marcos Peña, jefe de gabinete, y Fernando De Andreis, secretario general de la presidencia.

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“Me dan el guión a declarar, donde teníamos que darle volumen a la causa Memorándum porque verdaderamente es una causa muy endeble”, Allan Bogado.

Mirá las pruebas en el programa:

El trato consistía en hacerse pasar por un experto en energía nuclear, nada más y nada menos. Se sabe que la causa Memorándum no resiste un análisis legal serio. Para poder darle volumen y trascendencia hubo que relacionarla con algún tema de más impacto internacional, ¿qué mejor que el desarrollo de tecnologías nucleares y atómicas, tabú en cualquier diplomacia occidental?

“No sé y no voy a saber nunca de energía nuclear porque no me interesa”, Allan Bogado.

Se trata de una operación judicial, claro, pero también de una operación mediática. En la entrevista exclusiva con ADN, Bogado cuenta que leyó su declaratoria al frente del juez Bonadio, el fiscal Taiano, un escribiente, una secretaria: nadie dijo nada.

A su abogado, también presente, le llamó muchísimo la atención que le permitieran leer algo que, a todas luces, el acusado no entendía. En el fallo de Bonadio, los aportes del supuesto experto en energía nuclear son ponderados como “muy elocuentes”.

El lawfare: la inquisición contemporánea

Esta serie de hechos guarda mucha relación con los hechos ya denunciados por ADN en relación al rol que tuvo Leonardo Fariña en otras causas como las de Cuadernos y Ruta del Dinero K. Es que, en el fondo, utilizan los mismos mecanismos, delatan los mismos intereses y persiguen los mismos objetivos.

“Para esto se hizo la ley del arrepentido. El abuso de la prisión preventiva y otras formas de extorsión. Desaparece el sistema de investigación criminal, que se basa en cualquier cosa menos en la confesión. Los fiscales tienen la carga de la prueba, herramientas técnicas y estrategia. Es la vuelta a la inquisición”, Félix Crous, titular de la Oficina de Anticorrupción.

El lawfare es un mecanismo que no es únicamente judicial, como sugiere la palabra. Necesita de la complicidad del cuarto poder: el de los medios de comunicación. No hay persecución sin manipulación de la opinión pública, sin la instalación de esas ideas que funcionan como un lente polarizado: mostrando lo que se quiere mostrar, ocultando lo que se quiere ocultar.