Fue uno de los vencedores del 12 de septiembre. A tono con su partido, se quejó de la crisis, de la pobreza, de la gestión. Eso sí, apenas terminaron las elecciones, se tomó un avión a Bariloche, y a disfrutar. ¿Querés saber quién es?

Jueves 16 de septiembre. El hombre se calza sus anteojos de esquí color fucsia. Pantalón y botas negras, buzo térmico al tono, haciendo juego, se prepara para subir a la aerosilla que lo deposite en lo alto de la pista en Cerro Catedral.

Pero antes se detiene. Toma el celu, pone para sí mismo cara de compungido, y tuitea: "La irresponsabilidad crece. Miren el mensaje de las elecciones y no sus internas partidarias".

¿Quién es? Acá te dejo un primer video, a ver si lo sacás.

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Te tiro una ayuda. El hombre que acabás de ver moverse con envidiable agilidad, fue secretario de Medios y Contenidos Públicos del gobierno de Macri. Actualmente se presenta en su bio de Twitter como Secretario de Movilización PRO (en fin, cada uno se define como mejor puede).

Calculo que ya lo tenés, pero por las dudas, te dejo un segundo video.

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El veterano que acabás de ver cómo zizaguea de lo lindo por la nieve, difícilmente se vaya a presentar como el empresario que aprovechó la volteada de la pandemia y decidió cerrar su hotel en Mar del Plata, el Torres de Manantiales, dejando a 230 trabajadores a la intemperie.

La resistencia de los empleados fue la que impidió el despido masivo, forzando al empresario a continuar la actividad del establecimiento, para lo cual no tuvo otra que aceptar a regañadientes la mano que le tiró el gobierno federal. Así fue como inscribió su establecimiento en el Plan Previaje.

Sólo gracias a esto es que se logró que este político se quedara con las ganas en lo que es su deporte favorito, despedir, algo que hizo con tanta eficiencia durante el gobierno de Macri cuando se cargó a 354 trabajadores de la Agencia Télam. Y también lo había hecho con extraordinaria premura en 2007 cuando fue ministro de Cultura del mismo Macri en la CABA, y se encargó del cierre masivo de centros culturales barriales y de desfinanciar los míticos teatros Colón y San Martín de la capital argentina.

Te dejo el último video, y ahora seguramente lo sacás:

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Ahora lo tenés, ¿verdad? Sí, es Hernán Lombardi, y a esta altura creo que ya no necesita presentación. Aunque sí está bueno recordarte que es candidato a diputado en la lista de Santilli, y que le fue muy bien en las paso del 12 de setiembre, cinco días antes de los videos esos que te acabo de mostrar.

¿Te dije que su deporte favorito era despedir?

Bueno, como ves, su segundo deporte es el esquí. Entonces, mientras bromeaba tuiteando "La pandemia ya terminó, no?", buscando vaya a saber qué tipo de chicana, el tipo ya estaba tomándose un avión hacia Bariloche para calzarse los equipos y salir a deslizar su humanidad por las pendientes tapizadas de blanco.

Posta. Lombardi tuiteaba estas boludeces desde un centro de esquí. No te estoy jodiendo.

Eso sí, seguramente el hombre andaría preocupado por el hambre de los chicos, por la falta de trabajo, o por los altos niveles de deserción a la escuela.

Seguramente, mientras descendía por las blancas laderas de Los Andes, el bueno de Lombardi se habrá dado tiempo para pensar en los chicos de las villas, en las madres sin acceso a la vivienda, en los laburantes que están a punto de perder un derecho tan sagrado como la estabilidad laboral.

Bueno, acá los tenés. Son los políticos de la derecha argenta. Los que claman cercanía al pueblo, los que ponen cara de compungidos, los que levantan el dedo para tuitear "#Basta", pero que apenas pasan las elecciones, se toman el palo para irse a esquiar.

Y sí… Es lo que hay. Y encima, ganan elecciones.