La derecha y su costumbre de tener mala memoria. Otra vez vuelven a pedir el voto de la gente, como si no existieran registros del país que entregaron hace menos de dos años. “Miremos hacia adelante”, te piden. Obvio: ¿quién querría en su lugar hablar del desastre que dejaron cuando fueron gobierno.

Santilli es un tipo muy picante. Te lo digo así, sin vueltas. Y te lo digo de esa manera, porque le reconozco que sabe muy bien cómo pararse discursivamente frente a la gente. 

Lo tuvimos sentado en DDC este domingo, y por más que le preguntamos varias veces, y le sugerimos que su espacio político debía hacer una autocrítica, el hombre resultó muy habilidoso para huir siempre hacia adelante

"Hay que hacerse cargo los temas pero también hay que empezar a mirar adelante como país", dijo Santilli, con astucia. 

Entonces ahí empezamos a ver y a entender con más claridad el discurso de la derecha argentina. Que es siempre el mismo, y que cada tanto logra hacer tierra. 

Al igual que todos sus compañeros de espacio, el actual precandidato a diputado por Cambiemos lo hace con buena verba y apoyado en lo que "la gente" prefiere escuchar. "Muchos vienen y te hablan de que en el 73 pasó tal cosa; el otro que hace 5 años tal otra. Pero el de allá y el que nos está viendo por la televisión te dice: 'mirá, yo tengo miedo de estar en mi casa porque me pueden afanar, yo quiero que mis hijos estén en las escuelas", y un largo etcétera, que lo podés ver en este video. Mirá:

Mirá el video

Lo entiendo perfectamente, Santilli. Lo mismo hace Larreta, lo mismo hace Vidal, lo mismo hacen tantos otros.

Si yo fuera dirigente de Cambiemos, más vale que no me gustaría hablar del horror que dejaron hace menos de dos años. Del pico de inflación, del desastre en materia de salud y de vivienda. Del trabajo destruido, de las tarifas por las nubes, de la vuelta al Fondo Monetario, del cierre de Pymes, de la histórica caída de la actividad industrial, de los salarios, de las jubilaciones, de las represiones en las marchas.

Y tampoco hablaría del espionaje ilegal, de la mesa judicial, de las causas armadas, de la persecución a los opositores, de Marcelo D’Alessio y su banda, de las retroexcavadoras en la Patagonia, de los aprietes a los medios no alineados, del encarcelamiento de dueños de canales y diarios

Es tan largo y tan abrumador el prontuario del partido que hoy quiere volver y que nos pide que no miremos hacia atrás, que yo los entiendo perfectamente.

Salvando las distancias, y por favor, quiero que se entienda que es una metáfora, es como el tipo que sale de la cárcel después de purgar una condena larga por un delito atroz. El delito que quieras, elegilo vos así me evitás un golpe bajo. Más vale que cuando sale, no va a querer hablar de su pasado. Supongamos que fue un femicida y que intenta una nueva relación, obviamente va a pedir "mirar para adelante".

Estos tipos te piden que nos olvidemos el pasado

Santilli y sus compañeros de Cambiemos se quejan de que siempre le echan la culpa de todo al gobierno anterior. "Es como si vos manejaras un vehículo y en vez de mirar por el vidrio mirás por el espejito todo el tiempo. El espejo retrovisor sirve para saber qué tenés que corregir el pasado, que tenés que tener cuidado con las cosas que no repetir viejas historias. Pero mirás para adelante", dice el candidato.

Bueno, no es así. Buen intento Santilli. Buen intento muchachos de la derecha, pero en Argentina, lamentablemente, es necesario mirar por el retrovisor. Es indispensable saber quiénes son los que cada cuatro años nos vienen a vender el país de las maravillas y luego te dejan en la lleca y te encima te echan la culpa a vos. 

En nuestro país sí es indispensable mirar para atrás, porque lamentablemente la historia se repite, con derechas saqueadoras, que llegan con buenos modales, que llegan con onda y con apoyo de la “gente seria”. “Vamos para adelante, olvidemos el pasado, sí se puede”, te dicen. Y te hablan del futuro y de las cosas lindas que vendrán.

Y cuando caemos en la trampa y les damos las llaves de la Casa Rosada, ahí vienen con todo su desenfreno y hacen los desastres que ya hemos visto, y que después te lleva décadas corregir. Te clavan deudas que pagarán generaciones que no tienen nada que ver con los desencuentros que hemos sabido ganarnos ahora, y que capaz que de acá a 50 ó 60 años, se pregunten cómo carajo fue que en el 2018 nos endeudamos de esta manera tan estúpida e inútil. 

Entonces, ¿en serio nos piden que no miremos por el retrovisor?

El mejor ejemplo de esto lo dio María Eugenia Vidal hace un par de meses, cuando le preguntaron por su fallida gestión al frente de la Provincia de Buenos Aires, y la definió como un “aprendizaje”, para luego agregar, ella también, que no cambiaría nada. ¿Te das cuenta, no?

Y el otro ejemplo perfecto es el del propio Mauricio Macri, cuando le dijo a Mario Vargas Llosa en un foro de la Fundación Pensar, que si volviera a ser elegido presidente, haría “lo mismo, pero más rápido”. 

Está bien. A mí también me gusta mirar para adelante, estoy seguro de que hay que pensar el país y la sociedad, hay que trazar rumbos, hay que trabajar propuestas y planificar. 

Pero no me jodan. 

A los que todavía vemos por el espejito, al menos yo, no los quiero ver nunca más decidiendo por nosotros.