En entrevista exclusiva, Alan Bogado, un exagente inorgánico de la AFI, cuenta cómo se utilizó el espionaje ilegal para perseguir a opositores y mantener controlados a los propios; porque de esto no zafó nadie, ni la propia familia presidencial. La destrucción de los servicios de inteligencia. La utilización de las fuerzas policiales para apretar. El rol de la Justicia, y el espionaje al ARA San Juan. Escuchá la entrevista.

No hay que tomarlo a Macri por improvisado, o como se diría en la calle, por boludo. Pocos presidentes en nuestro país han logrado hacer lo que hizo él. Para hacer política hay que tener ideas y saber cómo llevarlas a cabo. En esto, el expresidente de Boca se destaca especialmente.

Lo del préstamo al FMI no fue casualidad. Ningún país consiguió endeudarse como nosotros, en tiempo récord y con un préstamo récord del Fondo. Ese dinero se usó para la especulación financiera de grandes capitales de intereses extranjeros. Si vemos para atrás, la idea está clarísima y se ejecutó a la perfección. ¿A alguien le cabe alguna duda?

Macri estaba decidido a plasmar sus planes y para ello utilizó todos los medios posibles: legales e ilegales, democráticos y no democráticos. Una de las herramientas más poderosas del expresidente fueron los servicios de inteligencia.

En entrevista exclusiva, Alan Bogado, un exagente inorgánico de la AFI, cuenta cómo se utilizó el espionaje ilegal para perseguir a opositores y mantener controlados a los propios; porque de esto no zafó nadie, ni la propia familia presidencial.

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Aparte de la persecución, Bogado cree que una de las peores consecuencias está en la destrucción de los servicios de inteligencia. Durante el gobierno de Macri, gran parte de los recursos de la AFI fueron destinados y redirigidos a operaciones de espionaje ilegal con fines políticos. No se hacía inteligencia sobre el narcotráfico, por ejemplo. La construcción de un sistema de inteligencia lleva muchos años y el expresidente lo destruyó.

Según el exagente, los servicios se utilizaron no sólo para recabar información, sino también para intimidar y extorsionar. Para esto también se pusieron a disposición las fuerzas policiales porteñas y federales que mantienen una relación muy aceitada con Mauricio Macri desde las épocas de Fino Palacios.

Bogado cuenta que en varias ocasiones pudo saber que lo estaban siguiendo. Un exagente de la AFI seguido por la propia AFI. Esto habla de la enorme desconfianza que el expresidente tenía respecto a todo su equipo. Según el exagente, esta desconfianza es la que finalmente lo llevaría a espiar a las víctimas de los familiares del ARA San Juan, causa por la que fue recientemente procesado.

“Pero eso era normal”, dice Bogado refiriéndose al espionaje ilegal, “lo caminaban [espiaban] a todo el mundo. A mí me tenía espiado la Policía de la Ciudad sin ninguna causa”. Cuando quiso ir a denunciar esto en la Justicia Federal no obtuvo ninguna respuesta porque, claro, Macri también puso una Justicia que todavía hoy responde muy bien a sus intereses.

De hecho, la Justicia fue otro de los brazos que trabajó en conjunto con el espionaje ilegal. Ya sabemos cómo funcionaba: la AFI armaba las causas y pasaba los carpetazos a la Justicia que se encargaba de apretar. Bogado vivió esto en carne propia cuando tuvo que falsificar una declaración ante el juez Bonadio: “me dijeron leete esto o vas preso”, relata el exagente.

En realidad, quien debería estar preso es Mauricio Macri, pero ya sabemos que eso no va a ocurrir.