Demasiado oscuro. O demasiado claro, tal vez. El tuit, la foto, la arroba, el lugar, el mensaje. La entrelínea. Demasiado. Porque antes al menos cuidaban las formas. Pero ahora es al revés: las exhiben. Qué hacía el miércoles Patricia Bullrich en la embajada norteamericana y por qué la recibió la encargada de negocios y virtual embajadora. Y lo más importante: cuál es el grave mensaje que se desprende de la agenda que discutieron con la funcionaria.

Ya no salgo de mi asombro. O de mi resignación, para hablar con más precisión.

Te estoy hablando de la reunión que celebraron el miércoles la virtual embajadora de Estados Unidos en la Argentina, MaryKay Carlson, con Patricia Bullrich. Y lo insólito: publicarlo como si fuera un acto de gobierno (quizás lo fue, ése es el problema).

Mirá el tuit:

Se supone que las embajadas están en los países no para inmiscuirse en la política local, no para jugar a las internas; no para apoyar candidatos, sino para representar su propia patria, favorecer el acercamiento, los negocios, las confluencias.

Pero resulta que, en esta ocasión, esta señora MaryKay, que jura que no vende ningún tipo de cosméticos sino que ostenta el cargo más alto en la Embajada -encargada de Negocios- se reúne con una de las más furiosas figuras de la oposición. La que lanzó la fake news de la corrupción en la compra de vacunas, la que convocaba a marchas multitudinarias en medio del pico de contagios, la que condecoraba a los policías que gatillaban por la espalda, la que encubrió los crímenes de Rafael Nahuel y Santiago Maldonado, al punto de bromear sobre sus muertes.

Es sencillo. La elegida es ella. Y se lo han hecho saber. Y el momento es mucho más cerca de lo que vos pensás.

Eso se desprende cuando repasás bien el mensaje del tuit. Ahí queda claro.

“Enfrentar los desafíos globales en la región es una tarea compartida”.

¿Compartida con quién, MaryKay? ¿Con la figura más brutal de la oposición? ¿De qué desafíos globales estamos hablando? ¿No tenían ninguna figura del gobierno constitucional votado por los argentinos para compartir esa tarea?

Pero vamos a otros detalles del misterioso tuit. La funcionaria Carlson habla de la necesidad de “hacer frente al cambio climático, terminar con la pandemia y consolidar la democracia”.

¿“Cambio climático”? ¿Con Patricia Bullrich vas a hablar de cambio climático?

¿“Terminar con la pandemia”? Esta es la parte más jodida del mensaje. Porque la pandemia está hoy, en 2021. No en 2023 cuando Bullrich se podría presentar como candidata.

Entonces si te dice que juntas van a “terminar con la pandemia”, te están hablando del ahora. UN TEMERARIO AHORA.

Y ahora, que yo sepa ahora, Bullrich no tiene ningún cargo ni tampoco es candidata a nada. ¿Qué nos está diciendo con ese mensaje? ¿Nos está sugiriendo que Bullrich se hará cargo del gobierno? ¿Nos está diciendo que Bullrich será la encargada de terminar con la pandemia?

El mensaje de la Embajada es claro: es ahora, y la elegida es ella

Fijate vos que esta foto y este encuentro, y sobre todo, este mensaje, surgen justo el día en que entra en vigencia el control de los precios de los alimentos. Y justamente lo difunde la Encargada de Negocios de la Embajada, cuya función primigenia es cuidarle el bolsillo y las ganancias a las empresas norteamericanas que producen y venden alimentos en nuestro país. El timing es asombroso. Demasiado. Te están diciendo: “hasta acá llegamos, que pase el que sigue”.

Y para rematarla, escribe la funcionaria la más peligrosa de las frases cuando es pronunciada en boca de un funcionario norteamericano: “Consolidar la democracia”. Agarrate. Ya sabemos qué significa para este gente “consolidar la democracia” cuando el escenario es un país latinoamericano.

Y si no, preguntale a Evo Morales y a los bolivianos, que se comieron un golpe sangriento hace sólo dos años.

Y si no, preguntale a Dilma Rouseff y a Lula da Silva, pero sobre todo al pueblo brasilero, que se comieron un golpe institucional, un encarcelamiento injusto, pero sobre todo, se morfaron como presidente a un psicópata con el cual ya no saben qué hacer.

El mensaje de la Embajada es claro: es ahora, y la elegida es ella

MaryKay Carlson tiene el cargo más alto en una embajada que todavía se encuentra acéfala. Es la Encargada de Negocios.

Convengamos entonces que la visita no se explica bajo los cánones de la diplomacia, y sólo puede ser entendida si admitimos de una buena vez que Cambiemos y la derecha argentina juegan decididamente a la par de la Embajada de Estados Unidos.

Y que los pequeños espacios de soberanía que nos quedan, en realidad ya no se ejercen desde la Casa Rosada sino desde los copetines a los que cada tanto invitan a los chicos de la derecha en el lujoso Palacio Bosch, la residencia del embajador.

Con ese encuentro, con esa foto, y sobre todo con ese mensaje, las cartas ya comienzan a mostrarse.

Patricia es la elegida.

Y el momento parece estar mucho más cerca de lo que pensábamos.