El analista Raúl Timmerman habló con Duro de Callar y analizó la situación política que atraviesa la coalición del oficialismo.

A pocas semanas de la asunción de Sergio Massa como superministro y la aparente estabilización de los mercados, el FDT se muestra ahora dividido en sus preocupaciones.

Por un lado, el núcleo cristinista está abocado a la defensa de la vicepresidenta en su complicada situación judicial; y por otro, Sergio Massa está enfocado en lograr una buena gestión para situarse en terreno competitivo en el panorama electoral por venir.

De acuerdo a Timmerman, los deseos de Sergio Massa de ser presidente son de larga data. Sin embargo, no cuenta con el suficiente capital electoral para lograrlo. Desde aquella gran elección de medio término en 2013 en donde compitió contra Martín Insaurralde, sus votos disminuyen en cada campaña.

Es por eso que el presente contexto resulta más favorable a Massa que a cualquier otro político del oficialismo. Y es que, si logra cumplir con algunas expectativas en esta gestión, tendrá un gran impulso para presentarse como una opción en las próximas elecciones presidenciales.

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