El Viejo Continente aportó sumas millonarias para apoyar a los partidos de la derecha boliviana. Lo hizo canalizando 800 mil dólares a través de una fundación ligada al Vaticano. Mientras tanto, los partidos de la derecha se reunían con enviados de Bolsonaro y hacían alianzas con los pastores evangélicos para que en las iglesias se hiciera una fuerte bajada de línea política, algo que ya había funcionado en Brasil. En esta nota vas a entender cómo se terminó de orquestar el golpe de estado más violento del siglo XXI en el continente.

El verano de 2019 en Bolivia comenzaba a irse en una trenza interminable de la política de la más baja calaña, que pasó sus días pergeñando todas las vías para no volver a anotar una nueva derrota en las elecciones que serían en octubre.

“Otra vez Evo no”, se decían. Y tenían razón. Porque sabían que el legendario líder indígena que había bajado del trópico volvería a imponerse en las elecciones.

Pero esta vez lo hicieron organizados. Y fundamentalmente ayudados, muy ayudados, desde el exterior. Lo que no se pudo con las urnas, deberá poderse con la plata, con la trenza, con las traiciones y sobre todo con la violencia. Pero para eso faltaban aún siete meses.

En la última entrega te contábamos cómo habían marcado las casas de los partidarios del partido de Evo Morales, con el único propósito de generar miedo. Luego, en medio del golpe, esas marcas se convirtieron en llamas, y así fue como quemaron decenas de viviendas de dirigentes y familiares vinculados a Morales.

También te mostramos cómo los dirigentes de la derecha más antidemocrática fueron a rogarle a los senadores de Trump para que Estados Unidos apoyara y financiara el derrocamiento del orden democrático en el Altiiplano.

Y también te mostramos cómo el plan fue minuciosamente pergeñado, desde varios meses antes. Y cómo todos esos puntos que planificaron a comienzos de 2019, se sucedieron con perfecta precisión entre las elecciones del 20 de octubre y la consumación del golpe, el 10 de noviembre.

Ahora te vamos a mostrar cómo Europa también participó de este golpe nefasto. Y también cómo las iglesias, tanto las Evangélicas como el Vaticano, fueron parte del derrocamiento, del cual también participaron enviados de Jair Bolsonaro, y obviamente, de Mauricio Macri y la derecha argentina. 

800 MIL DÓLARES DEL VATICANO

Pero vamos por parte. Quiero que escuches el primero de los audios de esta investigación. La voz que vas a oír es la de Jaime Antonio Alarcón Daza, dirigente de la derecha. El contexto de la charla es otra reunión de dirigentes y militantes de la derecha golpista. Y en esa ocasión están hablando son rodeos de la participación de un actor clave en el golpe: la Fundación Jubileo. Escuchá.

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Ahí quedó bien en claro como la Unión Europea bajó una torta de 800 mil dólares para financiar a Fundación Jubileo, una ONG que depende directamente del Vaticano, aunque en este caso la guita pertenecía al organismo continental.

Jubileo es la típica ONG que se pone un traje de democrática, pero que siempre juega para la derecha. No falla. Antes de las elecciones, publicaron varias encuestas, y en todas les daba como que Evo Morales no podría evitar el ballotage, y vaticinaban una supuesta ventaja de 5 puntos. O sea, hicieron “la gran encuestadora”, como pasó acá cuando dos días antes de las PASO de agosto anunciaron un virtual empate. ¿Ves que son iguales?

Colonización europea y muerte, en pleno siglo XXI

Pero además, según plantea este audio, esta organización tendría a cargo el conteo paralelo de los votos en todo el país, supuestamente para evitar un fraude. Eso era algo que querían hacer todos los partidos políticos de la derecha, por aquel delirio de que inevitablemente habría robo de votos. Para que esos partidos no tuvieran que hacerlo, apareció la Unión Europea, puso la guita y dijo “lo hacemos nosotros”. De esa forma, les ahorró una camionada de guita a los partidos de la oposición, que imaginarás que usaron con otros fines.

Pero hay más. Porque también para la misma época de este audio de Alarcón Daza, la inteligencia boliviana registró otra conversación entre dos punteros de Manfred Reyes. Este tipo era un excandidato a presidente, por supuesto, derrotado ampliamente en anteriores elecciones, y que tuvo que rajar al exilio en Estados Unidos porque lo agarraron con la mano en la lata mientras era alcalde en Cochabamba.

Quiero que escuches cómo era el plan que tenían para movilizar a la gente en Bolivia y qué tipo de aliados los ayudaban. Escuchá con atención.

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Ahí quedó totalmente claro. Gestión directa con las iglesias evangélicas y los pastores, para que en esos templos se comience a hablar de política. Citan el ejemplo de lo que lograron en Brasil.

Pero para que no te queden dudas, también hablan de que un dirigente de la estructura de Bolsonaro vendría a Bolivia a ayudarlos a organizar el movimiento, con una bajada fuerte de fondos a través de las iglesias. ¿Queda claro, no? 

EL SOCIO CLAVE EN MIAMI

El círculo de estos apoyos claves se terminaba de cerrar en octubre de 2019, a pocas horas de conocerse el triunfo de Evo Morales que le permitía esquivar el ballotage, pero que luego no fue aceptado ante la denuncia de un supuesto fraude. En ese momento aparecía el personaje que te presentamos en el primer informe: Marco Rubio, ¿te acordás?

Es el senador yankee, hijo de cubanos y partícipe entusiasta de toda política norteamericana de intervencionismo sobre América Latina. Cuando todavía ni siquiera se conocían las operetas de Luis Almagro desde la OEA, Rubio ya gritaba fraude desde Florida, y estaba seguro que un organismo clave no iba a aceptar el resultado de las elecciones. Mirá, esto decía el mismo Rubio:

Escuchaste bien, ¿no? Decía desde su propio tuit que la Unión Europea no iba a aceptar el resultado de las elecciones. Claro, tampoco los aceptaba Mauricio Macri acá en Argentina, o Bolsonaro en Brasil. Pero ¿la Unión Europea? ¿Qué joraca tendría que opinar la Unión Europea sobre la reelección de Evo Morales en Bolivia, cuando su principal prócer, Ángela Merkel, va por el cuarto mandato y 16 años al frente del gobierno de Alemania?

Bueno, aunque pensándolo bien, si pusieron 800 mil dólares sólo para ahorrarle el control de conteo a los partidos de la derecha más rancia, suponemos que los muchachos habrán querido tener alguna participación en los resultados.

Para cerrar este ciclo de informes sobre el Golpe en Bolivia y la participación que tuvieron países como Argentina, Colombia, Brasil, la Unión Europea y sobre todo Estados Unidos, te voy a dejar simplemente una foto que subió a su propio Twitter Marco Rubio, aquel senador del que te hablé.

A muy pocas semanas de haber asumido el gobierno de facto de Jeannine Áñez, Marco Rubio se reunió con Arturo Murillo, uno de los tipos más salvajes de la breve dictadura que sucedió a Morales y que se cargó con una treintena de víctimas fatales en su primera semana de gobierno.

Arturo Murillo fue un verdadero patotero de la derecha al frente de un ministerio, y convirtió a Bolivia en un territorio de ilegalidad y persecución. Con ese tipo, justamente con ese tipo, se sentó comodísimo Rubio para hablar del “futuro democrático” de Bolivia.

Creo que no hay mejor cierre que éste para entender lo que fue esa tragedia en el vecino país, a la cual, vergonzosamente, Argentina colaboró con armas, pero también con política.

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