Siguen apareciendo sorpresas del celular de Nicolás Dujovne. La que te voy a contar hoy tiene como protagonista a Pablo Avelluto, el tipo que era el ministro de Cultura de Macri, y que luego pasó a ser secretario, cuando el ministerio fue denigrado a pedido del Fondo. No vas a poder creer lo que el entonces ministro le proponía a Dujovne.

Corría mayo de 2018. Acababa de generarse una de las tantas estampidas del dólar durante la gestión de la derecha argentina, no obstante lo cual, el ministro Dujovne ponía la mejor cara de piedra y ratificaba la meta inflacionaria del 15% para ese año, y de 10% para 2019. Los números, te lo recuerdo, serían 47,6% y 53,8% respectivamente.

El gobierno de Cambiemos crujía y la economía ingresaba en un risco del que aún no ha salido. Faltaban sólo días para que Macri anunciaba el endeudamiento más monstruoso que recuerde la historia argentina. Pero en mayo ya se estaba hablando con el FMI.

Y justamente porque se estaba hablando con Christine Lagarde, la gran cómplice en toda esta debacle a las que nos llevaron estos tipos, la cuestión es que en mayo el gobierno ya se sabía muy bien que se n los dólares para facilitar la fuga de los amigos, y que se venía el recorte.

Y que había que recortar por donde fuera. A lo bruto, a lo pavote, pero sobre todo, a lo obediente. Porque el Fondo impondría condiciones. Las peores. Las que seguiremos padeciendo por muchos años más.

En ese marco, el gobierno de ese momento se preparaba para el achique. Achique animal, por donde fuera. Y por esa razón, al celular de Dujovne entraban propuestas descaradas. Como la que vas a leer ahora.

"Hola Nico. Cuando quieras te cuento un par de ideas para reducir por nuestro lado. Son sensibles, pero creo que el contexto paradojalmente nos va a jugar a favor".

El que escribe con tanto entusiasmo es Pablo Avelluto. Era el ministro de Cultura. Nada menos.

LAS IDEAS DEL MINISTRO

Da la impresión de que en esa época, los miembros del gabinete de Macri competían entre sí a ver quién recortaba más. Y Avelluto, el pobre Avelluto, no quería perder la pulseada. Mirá lo que proponía.

"Te dejo los títulos: eliminar la exención del IVA de los libros. Y tema cine: eliminar el aporte a cuenta de IVA de las tasas que pagan los medios al Enacom. De ahí se financian el INCAA y los institutos del teatro y la música".

Avelluto, el ministro que propuso destruir a la cultura

En serio, esto lo dejó por escrito el MINISTRO DE CULTURA. O sea, el tipo encargado de difundir y promover la cultura en el país, proponía que a los libros le pusieran IVA del 21%.

Y como si fuera poco, ese mismo tipo pedía que se le quite el aporte al INCAA y los institutos de teatro y de música.

La verdad, necesito ir por parte, porque si vos sos ministro de Cultura y proponés grabar con IVA a los libros, creo que sencillamente sos un cretino. No podés durar ni media hora en tu butaca del ministerio.

Las distancias son enormes, ya lo sé. Pero no puedo dejar de recordar las quemas de libros que ejecutaba el más sanguinario gobierno de derecha que tuvo nuestro país, durante la última dictadura militar.

Pero además, si vos sos ministro de Cultura y te parece una excelente idea recortar la vía de ingreso con la que se financia la industria del cine, y los institutos de teatro y de la música... y... lo ideal hubiera sido que tu cartera se llamara "ministerio de la anticultura". No sé, por ahí a vos se te ocurre otro nombre.

Para colmo, se ve que este infeliz que tuvimos de ministro de Cultura quería seguir haciendo la buena letra que premiaban los gobiernos del ajuste. Entonces le agrega a Dujovne lo siguiente: "Tengo más cosas, cuando pase el temblor nos juntamos y te cuento todas para que evalúen". O sea, tenía más cartas bajo el poncho. Tenía una podadora, realmente, y no mostraba ni la más mínima voluntad de defender los programas de su propio ministerio.

El resultado no podía ser otro. En el tiempo en que gobernaron estos muchachos, la producción audiovisual, cinematográfica, teatral y editorial se cayeron a pedazos.

En defensa de Dujovne, debo decir que el entonces ministro no le contestó.

Aunque pensándolo bien, quizás hubiera sido más valioso si le respondía algo así como: "Che, Avelluto. Sos ministro de Cultura. No da".