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El principal basurero a cielo abierto se encuentra en la localidad de Luján, es el más grande de todo el país. 

El BID otorgó en 2020 un préstamos de 16 millones de dólares para su saneamiento, pero nunca se llevó a cabo la obra. Se calcula que recibe por día, 120 toneladas de basura.

La persona que firmó el pago a la empresa encargada de realizar la obra es ahora candidata a concejal libertaria por el partido de La Matanza. Leila Gianni, antes funcionaria de Alberto Fernández en el ministerio de Ambiente de la Nación.

La funcionaria no es la única responsable de que esta obra no haya prosperado; políticos, empresarios y el poder, siempre se unen para hacer el combo perfecto y en este caso, que “desaparezcan” los 16 millones de dólares.

Hoy el basural podría ser una fuente de trabajo formal para personas que se perdieron su empleo y pasan hambre. Gente que antes se desempeñaba en el sector textil, que eran mecánicos, personas con oficios. 

Pero la corrupción hace que hoy el basural se encuentre como fuente de contaminación ambiental. Los residuos biológicos y la basura se expanden por el aire y por las napas, terminando en el río Luján, que es justamente lo que trataba de evitar el BID.

En Luján gobierna Leandro Boto, quien también debería haberse preocupado de que el saneamiento se lleve a cabo; pero tal vez a él le convenga que no se haya realizado la obra porque para muchos intendentes la basura ha comenzado a ser un “curro”.

Por el pozo que debería haberse construido se entregaron 10 millones de dólares y por los galpones que nunca se finalizaron se recibieron 6 millones de dólares. 

Hoy subsisten 100 personas a partir del reciclaje de manera improvisada y sin protección.

María va todos los días al basural. Si la obra estuviera construida, trabajaría con guantes, casco, medidas de seguridad, aportes y podría jubilarse en cinco años. Sin embargo, levanta y remueve la basura con un palito.

“Reciclo aluminio, cobre y lo que hay me lo llevo a casa. Acá la gente viene a trabajar por necesidad. Si encuentro un juguete pienso en mis nietos. Les gustan las muñequitas de Barbie; pelotas encontré muchas para mis nietos. Yo cuando vengo para acá me dicen ¿abuela ya te vas a trabajar, a dónde vas? “al shopping” porque nosotros le decimos el shopping”.

“El que no sufrió hambre no lo sabe, que no opine. Muchas veces veo cuando tengo la oportunidad y tengo crédito en el teléfono, miro los noticieros. Escucho a los políticos y los debates que hacen y dicen “la gente no está cagada de hambre” y a veces me dan ganas de llamar y preguntarle a esa persona si alguna vez pasó hambre".

María trabajaba en el sector textil, tuvo casa propia. Falleció su esposo y se quedó sin trabajo y ahora recoge basura en lo que debería ser un centro de reciclado.

Hay 50 personas trabajando todos los días recogiendo basura para reciclar y vender, pero a veces el número llega a 100 “buscando comida” y la gente dice que le dan ganas de llorar cuando encuentran carne en mal estado porque quiere decir que “hay gente a la que le sobra”.

“Hay mucha gente que viene, más o menos 50 personas. Vienen todos los días, llueve, truene, vienen a laburar igual. Lo que más me llama la atención es todo lo que es comida y te duele ver eso cuando otro no lo tiene. Ver fideos, tantas cosas tiradas. La ropa, los acolchados. No tengo tele, veo en la casa de mi hermana el noticiero y miro esa gente que duerme en la calle pasando frío y digo, en el basural aparecen acolchados. Hay tanta ropa linda. Yo me visto en la esquina, esto lo encontré en la esquina" (muestra una campera).

“Vengo de lunes a sábado. Uso este ganchito que tengo acá para no meter las manos porque no tenemos guantes. Junto aluminio, botellas y eso lo vendemos. Pero el tema es la comida ¿viste? Como ahora está la situación te da impotencia ver la carne más que nada porque uno está comiendo alitas todos los días; ya te van a salir plumas”.

“Yo levanté de peso en el último año gracias al comedor del SIC. Tengo un plan de cooperativa que son 78 mil pesos que es para pagar la luz”.

Más de diez empresas se presentaron a la oferta del ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos. La empresa adjudicataria resultó ser E.V.A.S.A.

¿De quién es propiedad E.V.A.S.A? 

Del íntimo amigo, hermano de la vida de Mauricio Macri, el señor Nicky Caputo, primo del ministro de Economía de la Nación, Luis “Toto” Caputo.

La empresa de Caputo, Argentina Central, compra E.V.A.S.A y se convierte en la mayor empresa forestal de país.

Con la compra de la empresa, Caputo fue denunciado en Defensa a la Competencia por convertirse en el “jugador” más grande de la generación eléctrica y por querer comprar Edesur.

El presupuesto de Ambiente y Desarrollo Sostenible para la empresa  E. .V.A.S.A. fue por el total del crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo y el pago lo autorizó Daniela Gianni como directora de la Dirección de Proyectos Ambientales del Ministerio de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en mayo de 2023.

Leila, quien apoyaba el proyecto y el préstamo del BID, hace tres días hacía un video filmando la calle y comentaba:

¡Qué lindas gomas! ¿Pasa o no pasa el camión? ¿Se queda o no se queda? ¡Mirá el agua! Caños reventados por todos, todos lados, acá más de lo mismo. Fernando ¡no hacés nada! Y la luminaria que hiciste acá… total vos decís “se la robaron”.

También hace campaña como dirigente de La Libertad Avanza.

“Cuando ingreso al municipio de Luján, miro para la derecha y había un gazebo que decía “Municipalidad de La Matanza”. La Matanza me necesita, vamos a laburar fuerte, fue una señal de la Virgen y ahí fue cuando les dije a Javier y a Sandra que quería salir del escritorio para poder hacer política”.

El BID realizó una auditoría externa que terminó de verificar las irregularidades denunciadas sobre las obras del basural de Luján. Fue la primera vez que una misión del Mecanismo Independiente de Consulta de Investigación (MICI) llegó al país para verificar posibles daños ambientales generados por obras realizadas con un préstamo del organismo internacional.

El Banco se expidió contra los empresarios y preguntó dónde estaba la plata. Hicieron una supervisión y no encontraron ningún avance y realizaron una denuncia penal contra “los Caputo”. Políticos y empresarios son exactamente lo mismo al momento de la “corrupción”.

Mientras tanto, el BID le rescinde el contrato a la empresa de Nicky Caputo.

Se “consumieron” el total del crédito otorgado por el BID en una obra que nunca se terminó. 

La empresa adjudicataria cobró el 100% del contrato de obra, cientos de personas viven expuestas a los contaminantes buscando sobrevivir escarbando en el basural y la vocera “anticorrupción” de Javier Milei fue la encargada de autorizar los pagos sin los controles correspondientes. 

La corrupción siempre se esconde detrás de un discurso de transparencia.