Desde programas de televisión políticos y del espectáculo, hasta transmisiones en vivo por Instagram con artistas latinoamericanos, pasando por su frecuente actividad en Twitter, el presidente se ha mostrado presente. En tiempos de crisis son fundamentales la comunicación de los líderes y la unificación del comando para transmitir tranquilidad y seguridad. Mirá la entrevista a Leandro Santoro, asesor presidencial.

Construcción de liderazgo

Aunque no hay mucho tiempo para detenerse en lo que podría parecer un detalle, llamará la atención la alta exposición de Alberto Fernández en los medios. En la historia reciente, nunca una figura presidencial tuvo tanta participación mediática. La presencia de la máxima figura del Poder Ejecutivo en tiempos de crisis es estratégica.

Aunque los acalorados conflictos del verano argentino parezcan alterar nuestra percepción del tiempo, el gobierno de Alberto Fernández va a cumplir recién su primer cuatrimestre.

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En este sentido, la personalidad del presidente se va abriendo camino en terreno sinuoso. Para la construcción de liderazgo, quizás nada mejor que la adversidad. Como reza el dicho popular: “en la cancha se ven los pingos”.

“Muchos de los que nos votaron se sienten sorprendidos por la actitud de liderazgo de Alberto, por la calma que transmite. Le da la sensación de que hay alguien que está al frente de la crisis”, Leandro Santoro.

Recientes sondeos sobre la imagen de Alberto Fernández y su desempeño en la crisis mundial arrojan resultados muy prometedores para su futura gestión, con aprobación general muy por encima de la media.

Mirá la entrevista a Alberto Fernández

El primero lleva la marcha

A su vez, la función más importante de la presencia de Fernández en los medios es la de transmitir tranquilidad y seguridad.

Para el asesor presidencial ad honorem, en momentos excepcionales de desconcierto social es necesaria la concentración de atención en los líderes. Pone como ejemplo las estrategias de Winston Churchill, primer ministro de Reino Unido, durante la Segunda Guerra Mundial y el período de posguerra.

“La unificación del comando es clave porque lo peor que le puede pasar a una sociedad es que vea que hay vacío de poder o que hay distintas cabezas tomando decisiones en direcciones contrarias”, Leandro Santoro.

Si se compara con otros primeros mandatarios de la región, como Chile o Brasil en donde la tensión contraproducente surge ya desde las figuras presidenciales, se comprende la importancia de las formas de comunicación. Son fundamentales a nivel emocional y psicológico.

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Un ejemplo autóctono de las consecuencias de una mala comunicación puede encontrarse en los dichos del expresidente Mauricio Macri luego de los comicios primarios a mediados del año pasado, cuando responsabilizó de antemano al electorado por los efectos negativos que supuestamente traería a la economía.

Modo profesor ON

Es muy difícil teorizar sobre formas generales en las que las personalidades presidenciales hablan a los ciudadanos, pero ciertamente aquí quedan resaltados algunos rasgos particulares de cada uno.

Tanto en las conferencias formales como en las entrevistas más desarticuladas, aparecen principalmente las cualidades del Alberto profesor: ese quien comunica con calma y anteponiendo la moderación a cualquier otra cosa. Sobre todo, se plantea como un interlocutor: escucha y responde.

“El gran articulador de la democracia argentina hoy es la esperanza y la confianza en un gobierno sensible”, Leandro Santoro.

No obstante, a pesar de la gran imagen positiva que ha generado la administración del gobierno, ninguna figura pública resiste la erosión que acarrea la exposición permanente combinada con la concentración de las miradas. El desgaste es constante porque la demanda es constante. El cansancio físico se puede ver en la cara del presidente.

Quizás sea cuestión de saber cuándo retirarse un poco del campo de batalla. Después del coronavirus todavía quedará mucho para los argentinos.