Mientras se acumulan las pruebas de que efectivamente Argentina envió cargamentos ilegales de armas y pertrechos bélicos, ahora los involucrados en el caso y los medios afines intentan restarle importancia ese tráfico diciendo que se trata “sólo de balas de goma”. El canciller boliviano fue claro al remarcar la letalidad de este tipo de armas. “Se han constatado muertes utilizando esas municiones”, nos respondió. En esta nota vas a entender cómo se hunden las coartadas de la derecha, y qué debe pasar para que la justicia boliviana cite a indagatoria a Bullrich, Aguad y Macri.

-¿Para usted fueron simplemente balas de goma las que se enviaron para facilitar la violencia?

“No, no, no. De ninguna manera. Acá en Bolivia se está hablando mucho de eso que le llaman munición letal. Y está comprobado de que, depende cómo se la use, puede ser muy letal”.

El que contesta es Rogelio Mayta, canciller de Bolivia y portavoz desde el jueves pasado de la fuerte revelación que desató un escándalo diplomático con Argentina, al quedar de manifiesto que el gobierno de Cambiemos había enviado material bélico para apoyar el golpe de estado que derrocó a Evo Morales y puso en su lugar a Jeannine Añez.

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Precisamente el tema del envío de balas de goma, o munición 12/70 AT, o antitumulto, fue el principal argumento que utilizaron los dirigentes y los medios de derecha para quitarle trascendencia a lo que terminaron de ese modo admitiendo como un tráfico ilegal de armas hacia un país, en momentos en que estallaba en protestas sociales, represión y persecución y muertes. Muchas muertes.

A confesión de parte, pareciera que no hacen falta demasiadas pruebas, sobre todo porque la operación de tráfico ilegal dejó rastros por todos lados. Por eso, lo que intentan ahora los dirigentes de Cambiemos es quitarle importancia al envío de al menos 40 mil municiones, tal como quedó reflejado en la carta al embajador.

Uno de los que salió a minimizar el tema fue el exministro de Defensa Oscar Aguad. No hace falta presentártelo porque el prontuario sería largo y ya lo conocés. Pero lo cierto es que este hombre, entrevistado por el canal IP, se creyó muy picante al responder esto. Mirá el video

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 ¿Lo escuchaste bien, no? Pidió que alguien le pueda explicar con seriedad “cómo se hace una revolución y cómo se hace un golpe de estado con balas de goma y gas lacrimógeno”.

Bueno Aguad, sobre eso justamente nos respondía el canciller Mayta, al recordar, por ejemplo, que las municiones AT fueron utilizadas en una de las represiones que se dieron en El Alto, a pocos kilómetros de La Paz. “Precisamente se utilizó en una represión, y un estudiante terminó asesinado. Entonces es demasiado ligero decir que "son balitas de goma" o cosas así, como suele trivializarse”, dijo el canciller. “Son munición”, certificó.

APOYO AL TERRORISMO DE ESTADO

Por más que le pese a Aguad, a Bullrich y a todos los que formaron parte del último gobierno de la derecha en Argentina, va a ser muy difícil que logren despegarse de esta situación en la que han dejado todos los dedos pegados en lo que fue el apoyo subterráneo pero absolutamente decidido a un gobierno que perpetró crímenes de lesa humanidad.

El canciller Mayta lo cuenta, al señalar que desde su gobierno pudieron advertir que se había dado una “situación internacional”, la cual “proveyó los recursos materiales y equipos para que el gobierno de Añez pudiera desplegar la estrategia de terrorismo de Estado que adoptó para consolidarse en el gobierno”.

Esto fue así debido a que el 12 y 13 de noviembre, había en todo el país gran cantidad de manifestaciones en contra del rompimiento del orden constitucional que estaba padeciendo Bolivia tras el derrocamiento de Evo Morales y la asunción de la dictadora Jeannine Añez. “Ellos adoptaron como estrategia el terrorismo de estado, la represión violenta, la tortura, el procesamiento judicial arbitrario. Y todos esos pertrechos fueron un elemento importante que recibieron las fuerzas militares y policiales para apoyar esas acciones”, sostuvo. 

INVESTIGA LA CIDH

En octubre de 2020 volvieron a haber elecciones libres en Bolivia y se impuso con claridad el candidato del MÁS, Luis Arce, hoy presidente. Desde entonces la justicia viene trabajando en al menos dos investigaciones, para dilucidar lo ocurrido con todo este proceso tan luctuoso para el país del Altiplano.

“Hay al menos dos investigaciones”, reseña Mayta. “Una por el rompimiento del orden constitucional y una adicional por las graves violaciones a los derechos humanos que está impulsando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Con ellos suscribimos un protocolo para que se pueda realizar una investigación que no tenga ninguna sospecha de parcialidad”, sostuvo.

Es precisamente a partir de ese proceso impulsado por la CIDH que podría darse una eventual situación de los funcionarios argentinos que participaron del tráfico ilegal de material bélico hacia ese país

En virtud de los tratados firmados por Bolivia en el ámbito del Mercosur existe la posibilidad de que funcionarios argentinos, incluido el expresidente, puedan ser citados, en el marco de lo que se denomina cooperación judicial internacional, “aunque esas son decisiones que deberán tomar las autoridades judiciales y no las políticas”, señaló.

“ELLOS SE CREYERON IMPUNES”

“Sabíamos de la importancia que podía tener el suministro de los pertrechos, pero nos hemos sorprendido mucho al constatarlo fehacientemente con una carta firmada por un general”, respondió Mayta. La pregunta era si les había sorprendido la colaboración manifiesta del gobierno de derecha argentino a la consumación y sostenimiento del golpe de estado. 

Claro que una cosa es sospecharlo y otra muy distinta es constatarlo con pruebas objetivas. “Ahora las tenemos”, responde el canciller, para quien aún con todo esto, “resulta por lo menos llamativo, y da la impresión de que, al parecer, ellos pensaban quedarse años y años y ser impunes, hasta el extremo de producir una nota como la que firmó el general Terceros, que no está de acuerdo a ningún procedimiento que podría utilizarse de acuerdo con la institucionalidad”.

Si dejaron los dedos marcados por todos lados, no es por otra razón que la que concluye el diplomático: “Ellos se creyeron impunes”.

Salvando las distancias, aunque no tantas, el lawfare y el uso de la inteligencia ilegal en Argentina, parece haber caminado por el mismo carril de sentir que la Justicia nunca les iba a llegar. 

Y les está llegando.