La especulación es el verdadero enemigo del trabajo. Paraliza la producción y busca sacar el mayor rédito personal a costa del bienestar general. La producción e importación se rigen por el dólar oficial cuya cotización es estable. No hay razones para generar desabastecimiento, no dar precios o no vender. Salvo el egoísmo. Mirá lo que le pasó a un fabricante de máquinas para gimnasios.