Preparate, porque en este informe vas a ver en exclusiva cómo el ministro Dujovne fugaba una gran cantidad de dólares con total facilidad y en cuestión de minutos. Dos transacciones, bancos intermediarios en Ginebra, Connecticut y Uruguay, para sacar divisas del país. Luego de eso, se volvería profesional, cuando firmó el préstamo con el FMI y abrió de par en par las bóvedas del BCRA para que la fuga fuera descomunal. Coherencia, que le dicen.

- ¿Te sirven 15k afuera contra 15 acá?

- Me sirven. Podés hacer 10 y 5.

- No problema ¿Costo?

- 4, te hago 3.75

- Ok, pasame rutas.

Una charla inconveniente. El que consulta, un reconocido panelista de TN, le pregunta un operador si le puede ayudar con 15 mil dólares billete. A cambio, él se encargará de depositarlos en el exterior. El que responde, un cuevero de confianza de varios economistas del establishment.

En menos de dos horas, desde la pregunta hasta la respuesta, esos 15 mil dólares habrán viajado miles de kilómetros. Una parte terminaría en una cuenta en el Banco Itaú de Uruguay. La otra, en el UBS AG de Ginebra, en Suiza.

¿La comisión? Módica para semejante servicio: 3,75%.

El cliente es Nicolás Dujovne. Y hay que aclararlo. Todavía no era el ministro que nos devolvió al FMI. En ese entonces sólo era un fugador, digamos, "de cabotaje". Le faltaba jugar la Champions, para usar palabras de Marcos Peña.

Su "doctorado" lo haría dos años más tarde, ya sentado en la butaca mayor del Ministerio de Economía, cuando firmó un ruinoso crédito con el Fondo Monetario Internacional, y dejó abiertas todas las puertas para que tuviera lugar la mayor fuga de divisas de la historia argentina.

Pero lo que vas a ver ahora es cómo Dujovne, antes de ser ministro, ya se manejaba por senderos bastante alejados de lo legal, no tributaba, no declaraba, y compraba y vendía dólares en el mercado negro.

Después de todo, ya nos lo había advertido cuando tuiteó esto en 2014, en pleno Mundial de Brasil.

Dujovne, el maestro de la fuga

Pero lo que te estoy contando ahora es mucho más serio. Porque ahí te das cuenta que la bandera de "AFIP LTA" no miente. Era sólo un anticipo.

La transacción que te estoy contando fue realizada el 15 de octubre de 2015. Como leíste al principio, es Dujovne el que consulta por la operación. Necesitaba transferir 15 mil dólares a cuentas offshore, y a cambio recibir la misma cifra en billetes, en su oficina.

Dujovne, el maestro de la fuga
Dujovne, el maestro de la fuga

La forma en que se concreta la operación resulta calcada de aquellas que se le imputaron a Lázaro Báez por el movimiento de divisas hacia y desde el extranjero.

En este caso, Gastón Gaivironsky sería a Dujovne lo que fue Leo Fariña a Báez. Un intermediario para el ingreso y la salida de dinero.

Conforme a las indicaciones que le da Gaivironsky, Dujovne saca el primer tramo a nombre de un destinatario llamado Boris Furman, titular de una cuenta en el Banco Itaú de Uruguay, usando como intermediario el Wells Fargo Bank de Nueva York. A él irán los primeros 10 mil dólares.

Los 5 mil dólares restantes tendrían como destino una cuenta en el banco UBS AG de Ginebra, Suiza, usando como intermediario el mismo banco, pero en su sede de Stamford, Connecticut.

El destinatario tal vez te suene: Diego Rodolfo Placente. Sí, el ex lateral de la selección Argentina, surgido en Argentinos Juniors.

Vos te preguntarás ¿qué tendrá que ver Placente en todo esto? Nada, simplemente era socio de Gaivironsky, el cuevero, que le cuenta al fugador Dujovne que tienen un hotel juntos en Pilar.

LO PEOR VENDRÍA DESPUÉS

Un par de años más tarde, el tipo que acabamos de ver cómo fugaba dinero a través de instituciones bancarias de Ginebra, Connecticut y Uruguay, se convertía en el artífice del delincuencial crédito con el FMI. Un crédito por una cifra absurda, impagable, que no dejó ni una sola riqueza ni beneficio en Argentina, que se convirtió en una carga espantosa por los próximos 12 años, y que fue pergeñado únicamente para mantener en el poder a la derecha argentina mientras le servía en bandeja a los fugadores profesionales un jugoso botín que pagaremos todos los argentinos.