Para el asesor presidencial ad honorem, la situación de crisis inédita demanda acciones igual de inéditas. Por qué los medios reaccionan contra el impuesto a las grandes fortunas. Mirá la entrevista a Leandro Santoro.

Para el politólogo, estamos ante un verdadero experimento social: una situación sin antecedentes en la historia mundial. Santoro señala muy precisamente dos procesos que ocurren de maneras inéditas por sus magnitudes y dimensión global, producto de una crisis sanitaria: destrucción de riqueza y destrucción de puestos de trabajo.

Eso mismo lleva a la necesidad de inventar instrumentos y herramientas que signifiquen soluciones. Como el sector privado no dispone de esa capacidad, quien debe asumir la responsabilidad y hacerse presente es el estado.

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Dentro de este contexto se planteó la posibilidad de aplicar por única vez un impuesto que alcance a personas con grandes cantidades de recursos, grandes riquezas. No se habla de medianos ahorristas. No se habla de dueños de comercio. Son las personas más adineradas del país, que, para variar, siempre hicieron negocios con el estado o gracias a las condiciones que garantiza el estado.

“Hay una cultura construida desde los valores del neoliberalismo que hace que todo el tiempo nos pongamos del lado del más fuerte. Es muy común que el deseo aspiracional de las personas tenga más peso que su condición material de vida”, Leandro Santoro

Como era de esperar, los medios hegemónicos, cuyos dueños son ciertamente algunas de las personas más ricas del país y que a su vez responden al resto de los más poderosos, intentan operar en contra de la medida instalando la idea de un abuso al esfuerzo individual.

La primera estrategia es hacer creer que sólo tienen un poco más que el resto porque trabajaron más duro. La conocida falacia meritocrática. Si se tiene en cuenta que el patrimonio promedio de las personas a quienes alcanzaría el impuesto es de $400.000.000 se comprende que no es solamente una cuestión de esfuerzo.

“Naturalizan de tal manera su condición de privilegio. Se la agarran con nosotros porque dicen que estamos 'gravando el éxito individual'" Leandro Santoro.

Por ejemplo, un docente que cobra el salario promedio debería trabajar y ahorrar durante 1.140 años para poseer el monto promedio al que apunta el impuesto. De la misma manera, un jubilado debería trabajar durante 2.100 años y un médico durante 952. Entonces no es una cuestión únicamente de esfuerzo y empeño personal. Hace falta mucho más.

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